lunes, 16 de enero de 2012

Crítica de cine: Drive

Ryan Gosling (El diario de Noah) es un conductor sin nombre. Un tipo frío y calculador. Cara de buen chico y mirada bucólica que se pierde muchas veces a través de una ventana, sin mirar nada. Esperando alguien que jamás vendrá. Por el día se gana la vida en un taller y eventualmente como especialistas en escenas de acción de películas. Algunas noches vende su maestría al volante a todo tipo de delincuentes. Convirtiéndose por sólo cinco minutos en el conductor, en la vía de escape, en la huida.

Drive es una película de estética noir (cine negro) que también se mueve por el cine indie, con un guión llano, simplista. Una historia sin vueltas de tuerca, lineal. Una historia que cala en el espectador, que va reposando hasta hacerle sentir cercano a los personajes. En especial a la relación llena de amor e incertidumbre entre el protagonista y Carey Mulligan. Personajes de los que sabremos lo justo, sin información innecesaria, pero con pequeños atisbos de sus proyectos futuros más inmediatos.

La banda sonora de Drive es sublime. Bien escogida, muy ochentera, en perfecta armonía con el tono de la película y ubicada en las escenas adecuadas. Creando maravillosas secuencias ralentizadas que sin diálogos lo dirán todo. Como los mejores videoclips. Como una mirada.

Lo momentos de acción, los justos. Los necesarios para la historia pero sin alargarlos hasta el tedio, intercalados con algunos flahsbacks de aparente tranquilidad. Con efectos visuales básicos pero con encuadres magníficos. Con acción lenta (aunque suene a oxímoron) pero inteligente. Utilizando juegos de luces en estas escenas y saltando de momento romanticismo a momento brutalidad con gran precisión.
Si algo sobresale en Drive, por encima de todo, es el protagonista: Ryan Goslin, que interpreta a un tipo parco en palabras. Un hombre que no quiere problemas pero que buscará venganza y se convertirá en el ángel de la guarda de su vecina de apartamento. Tan vengativo como Charles Bronson. De mirada carismática como Steve McQueen. Convirtiéndose en icono, por su forma de ser y de vestir (palillo en la boca, chaqueta con escorpión el la espalda, vaqueros) por su pose y su temple.

Drive (Palma de Oro de Cannes por mejor dirección a cargo de Nicolas Winding Ref) es una gran película que no reventará taquillas. Pero que en un tiempo record se ha convertido en film de culto. Por los amantes del cine negro, por sus reminiscencias ochenteras (sin llegar a lo hortera), por recordarnos a grandes títulos de videojuegos y por hacer de una forma simple y conjugando varios generos una buena película. Una película que es mejor de lo que pensarás que es. Y si hay que buscarle un defecto, tal vez esos títulos de créditos tan rosas. Pero sólo tal vez.

1 comentario:

  1. Nah, esos títulos de créditos tan rosas son la guinda del pastel! ;)

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