Luther

John Luther es un policía de unas cualidades formidables. Utiliza la lógica y la imaginación como nadie y consigue resolver casos que en un primer instante parecían imposibles. Pero Luther no es un hombre de honor intachable ya que utilizará la trampa, la manipulación de pruebas y las mentiras para que asesinos que podrían escapar por falta de evidencias se pudran en la cárcel. Luther además sufre brotes de ira incontrolada convirtiéndole en un cargamento de pólvora mojada difícil de manejar. Aún así algunos de sus compañeros más fieles se mantendrán a su lado, leales hasta el punto de hundirse en un hondo estercolero de corrupción junto a su amigo y jefe.

Sin duda lo mejor de esta mini serie es su protagonista(John Luther) interpretador con una perfección milimétrica por Idris Elba (The Wire). No en vano se ha llevado este año el globo de oro a mejor actor dramático por esta producción de la BBC One. Y es que su vestimenta y la pose (manos en los bolsillos para evitar la tentación de tocar pruebas) ya convierten a Luther en un digno emblema de esta serie. La interpretación de Idris Elba, transformando el personaje en un hombre atormentado, desahuciado de la vida y en plena lucha constante con su lado oscuro y violento, lo eleva a mito.

Otro grandioso punto a su favor es la forma de tratar los casos. Desde el primer momento el espectador sabe quien es el asesino en serie y por donde se mueve. Con lo cual asiste impertérrito al eterno juego del ratón y el gato. Teniendo en cuenta que no pocas veces se cambiarán las tornas, arrastrándonos a finales despiadados e impredecibles ni siquiera imaginados por la mente más retorcida. Y todo con el telón de fondo de un Londres oscuro, violento, retorcido, casi victoriano; prácticamente se puede sentir la sombra alargada de Jack el Destripador esperando en cada esquina.

Y si para colmo esto no era suficiente para disfrutar de una gran serie, los guionistas llevarán a Luther a conciliar una extraña relación de amistad-odio-deseo con una psicópata (la única que escapará de sus garras). Relación que a más de un cinéfilo le recordará la que ya mantuvieran Hannibal Lecter y Clarice Starling en El Silencio de los Corderos.

Quedarse sin aliento, respirar cuando todo a pasado, perder la noción del tiempo debido al shock y que el estómago gire a vuestro alrededor como si montarais en la más locas de las atracciones. Es increíble que una serie pueda lograr todo esto además de entretener.