viernes, 15 de julio de 2016

Going Postal



Moist von Lipwig is a con artist...and a fraud and a man faced with a life choice: be hanged, or put Ankh-Morpork's ailing postal service back on its feet. It's a tough decision. But he's got to see that the mail gets through, come rain, hail, sleet, dogs, the Post Office Workers' Friendly and Benevolent Society, the evil chairman of the Grand Trunk Semaphore Company, and a midnight killer. Getting a date with Adora Bell Dearheart would be nice, too...



Bienvenidos, pasad, vais a conocer al timador más caradura de todo Ankh-Morpork, un tipo que es capaz de hacer colar cristales por diamantes, y papeles sin valor por bonos. Si lo que hay que vender es un caballo desgarbado, viejo y de piel decrepito ¡no os preocupéis!, se pinta, se le acicala un poco y pasa por un jamelgo joven. Bienvenidos, pasad, porque vais a conocer a Moist von Lipwig el timador más carismático de toda la obra de Terry Pratchett, y, ¿por qué no?, de gran parte de la literatura universal.
Con Going Postal por fin he dado el paso de leer algo del sensacional Terry Pratchett en inglés. Es innegable el gran trabajo, y los malabares casi imposibles, que los pobre traductores deben hacer para adaptar esa prosa, del autor del sombrero, llena de juegos de palabas, ironía y chistes. Un trabajo arduo y fatigoso que con todo, cuando lees algún libro, y sólo en algún tramo concreto, sabes que de aquel chiste, aquel que no acaba de cuadrar del todo, te estás perdiendo algo. Para empezar, el título, por poner un ejemplo, Going Postal, que viene a ser como volverse loco por el estrés provocado en el trabajo y que detrás de dicha expresión hay alguna que otra macabra historia. En castellano pasó a llamarse Cartas en el asunto, y aunque cuadra con el tema a tratar (ya que el pobre protagonista se tendrá que hacer cargo de la oficina de correos que está en la ruina o cumplir una condena) no es exactamente lo mismo. En su interior más de lo mismo: muchos juegos de palabras y chistes con homófonos, mientras tanto acompañaremos a Moist, y a sus dos extraños e hilarantes compañeros en una batalla sin igual contra el monopolio que ejercen los Clacks (algo así como el internet de Mundodisco).



Por Going Postal pululan Golems, que ayudaran a Moist a llevar su titánica tarea adelante, a pesar de que Adora Bell Dearheart, la dueña de dichos seres, se niegue en un primer momento; surgiendo así entre ellos una historia de amor odio realmente atractiva. Como lo es, de atractivo, cualquiera de los personajes que aparecen en esta obra, incluso el más insignificante. Incluso los secundarios tienen un aura especial y una personalidad única y fuertemente marcada que ayuda a que al final el relato sea un todo realmente impecable. Las propias cartas incluso, a las que Terry Pratchett les otorga una voz lóbrega y melancólica, resultan ser también unos personajes que empujaran a Moist a continuar con su aventura de redención. Y todo ello sin dejar de lado la sátira más despiadada y protestona de Pratchett, haciendo un duro hincapié en el tema de los monopolios y en la explotación laboral.



Going Postal es probablemente uno de los mejores libros de la saga MundoDisco. Y con este arco argumental, el de Moist von Lipwig (Húmedo von Moustachen en castellano) Terry Pratchett nos trajo al segundo mejor personaje de toda su carrera. Lo siento, pero Vimes sigue el primero en el podio.




En 2010, y gracias al canal Sky1, Going Postal se convirtió en una miniserie de dos capítulos. Aunque no sigue al pie de la letra lo descrito en el libro la serie es una adaptación, rodada en HD, muy decente, con actores como Richard Coyle (Moist von Lipwig), Claire Foy (Adora Belle Dearheart) o Charles Dance, más conocido por su papel de Tywin Lannister en Juego de Tronos, interpretando a un increíble y cruel Vetinari.

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