viernes, 19 de agosto de 2016

Stranger Things



Por si no te habías dado cuenta, por si vives recluido en una cueva, o simplemente porque eres un monumental despistado, los 80 han vuelto para quedarse. Cardados imposibles, hombreras, zapatillas desgastadas, camisetas horteras, videojuegos retro, bicicletas BH o bmx,  etcétera. Y esto, la vuelta de la era más prolífica de todos los tiempos (o eso decimos todos los que la vivimos), no solo lo sabemos tú y yo, si no que la industria del cine, la literatura o los videjuegos también se ha dado cuenta. Libros como Yo fui a EGB no dejan de venderse como churros y ya van por la tercera entrega. En el cine J.J. Abrams y Steven Spielberg, con mayor o menor acierto, nos trajeron Super 8;  eso sin tener en cuenta la infinidad de remakes y reboots que se están haciendo pertenecientes a esa época. Y luego las marcas que dominan el cotarro en el sector del videojuego, que no querían quedarse atrás, ya han recuperado muchos clásicos de las 8bits y algunas compañías ya están barajando sacar al mercado consolas de ese periodo. Así pues, faltaba la televisión. Esa televisión que está viviendo la edad dorada de las series. 
Stranger Things es la serie del momento, del verano y me arriesgo a decir que del año. Una sorpresa que, precedida por un tráiler corto que ya dejaba con los dientes largos, era difícil de prever.



Stranger Things es una oda al cine de los años 80 creada por los hermanos Duffer para Netflix. Un bello y funcional pastiche de todo aquel cine que triunfó por aquel entonces. Tras visionarla me han venido a la mente grandes títulos como: E.T., Alien, Encuentros en la tercera fase, Poltergeist, Pesadilla en Elm Street, Tiburón, Los Goonies o Silent Hill. Vale, este último título pertenece más al mundo de los videojuegos y no es de los años 80, pero no podía dejar de pensar en el pueblecito corrompido y oxidado de Silent Hill y las semejanzas con el, en un principio, tranquilo pueblo de Hawkins y las cosas de difícil explicación que ocurren en su comunidad.
Stranger Things no descuida nada, y además de tener unos grandes actores, con Winona Ryder o Matthew Modine como las caras más conocidas, nos ofrece una brillante banda sonora repleta de sintetizadores que de un buen empellón te devuelven a los 80.




Ahora os debéis estar pregunta que de qué va Stranger Things, y la verdad es que es mejor visionarla sin saber nada de ella, sin tener prejuicios, ni si quiera por el tráiler (que sí encontrareis más abajo). Pero aun así, y como me veo en la obligación, haré una escueta sinopsis: Hawkins es el lugar en el que transcurre toda la acción. Una noche de 1983, y tras una partida al juego de rol Dragones y Mazmorras, unos muchachos se despiden para, cada uno, y pedaleando sobre sus bicicletas, volver a casa. Uno de ellos esa noche desaparecerá sin dejar ningún rastro. Al poco quien aparece es una niña con unas habilidades muy peculiares y que solo responde al nombre de Once. A partir de aquí todo se desmadra y asistiréis a una aventura que al principio parece enfocada a un público juvenil, pero a medida que avanza, se va destapando la  trama y la serie se hace más oscura, deja bien claro que es una serie adulta, que aúna aventuras, ciencia ficción, fantasía y terror, que no debes perderte.


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