viernes, 29 de septiembre de 2017

Estados Unidos de Japón

Para hablar de Estados Unidos de Japón primero tenemos que hacerlo de El hombre en el castillo. El hombre en el castillo es una novela de ciencia ficción, del subgénero ucronía, escrita por Philip K. Dick.  Como en toda buena ucronía en esta novela se juega con la historia, moldeándola al antojo del autor y dándole un camino alternativo a un gran y decisivo acontecimiento que marcó el curso de la historia. En este caso las fuerzas del Eje son las vencedoras del La Segunda Guerra Mundial y no los Aliados. Así pues, Estados Unidos fue invadido y sus territorios, al igual que el resto del planeta, se repartieron entre Alemania y Japón. Pero con el paso de los años las dos súper potencias ansían lo que no tienen (que viene a ser la parte del planeta que pertenece al que en su momento fue un aliado), hecho que las llevará a una guerra fría sin precedentes. Tomando como base estos sucesos se abren varias líneas argumentales que se entrelazan y que narrarán la vida de diferentes personas en este mundo dominado por estados totalitarios.

Estados Unidos de Japón de Peter Tieryas y publicada por Nova no es una continuación de El hombre
Peter Tieryas
en el castillo
, solamente asienta sus cimientos sobre las bases que Philip K. Dick construyó en su novela y se lanza a explorar conceptos que el autor natural de Chicago se dejó en el tintero. Así pues, Tieryas propone viajar un poco más allá, al futuro de ese mundo distópico y observar cómo evolucionó la sociedad japonesa. Un futuro ubicado en los años 80 de esa realidad paralela, de ese mundo que solo ha existido en la mente del autor y que ahora comparte con nosotros. Y lo hace a través de Beniko Ishimura que es, además del protagonista de la novela, el maestro de ceremonias que nos guiará por esos territorios que Japón controla con mano de hierro. Él se dedica a desenmascarar posibles traidores del imperio mientras se arrastra por una vida aburrida y anodina. Entonces todo da un giro inesperado y una oficial de policía, de nombre Akiko Tsukino, entra en su vida y le pide ayuda para desenmascarar a los creadores de un videojuego que muestra como los Aliados ganaron la guerra. La investigación que ambos emprenden no estará exenta de contratiempos; entre ellos los George Washingtons: una facción pro Estados Unidos que les mostrará que otro mundo es posible.

En Estados Unidos de Japón nada es negro ni blanco, todo está repleto de matices. No encontraréis villanos entregados a engendrar el mal a cada momento de su vida ni héroes que buscan salvar el mundo. En realidad, cada uno de los personajes que aparecen en esta novela solamente son personas normales con unas ideologías determinadas (algunas más radicales que otras), que la mayoría de ocasiones se han forjado a lo largo de situaciones que han vivido, que defenderán hasta límites insospechados. Y a pesar de todo, de esa defensa profunda de las ideas, de lo que somos, de cómo pensamos, el autor nos recuerda, criticando a la sociedad japonesa tradicional y al way of life americano, que por encima de las ideas están las personas.



Y ahora pasemos a la acción; esa acción que en ocasiones se vuelve desenfrenada y que involucra alta tecnología, como brazos que se convierten en armas o luchas de mechas que a los otakus nos recuerda a Robotech o Neon Genesis Evangelion. Y es que Peter Tieryas es un friki de cuidado y no lo oculta. ¡Ni falta que hace coño! Y por ello los mejores tramos de la narración se encuentran no sólo en esas luchas, sino también en ese campeonato de videojuegos en el cual el que pierde muere de curiosas y variadas formas. El entusiasmo con el que están narradas todas estas escenas sirve para equilibrar la balanza y tener menos en cuenta todas esas otras en las que lo predecible y el tedio se tornan un pesado lastre.


En definitiva, Estados Unidos de Japón resulta una obra entretenida, con algún que otro declive en la narración que es sorteado con destreza gracias a toda esa acción que hará las delicias de todo geek.