martes, 24 de abril de 2018

¡Luz, fuego, destrucción! La gran aventura de Dragon Ball (I)


Cuando pienso en series de animación que me hayan acompañado a lo largo de mi vida solo dos producciones me vienen a la mente. Por un lado está la familia estadounidense creada por Matt Groening: Los Simpson. Y es que tras 29 temporadas es difícil encontrar a alguien que no conozca a Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie Simpson.

Pero, por otro lado, hoy toca hablar de unos personajes que llegaron a las pantallas españolas unos años antes que la cáustica familia que reside en el pueblecito de Springfield. Me refiero a Dragon Ball, Bola de Dragón o, como yo la llamo, Bola de Drac. El caso es que Dragon Ball vuelve a estar más en boga que nunca (si es que alguna vez dejó de estarlo) debido a Dragon Ball Super que no hace mucho emitió su último capítulo y que nos ha traído nuevas tramas y personajes a un mundo que parecía que ya había sido exprimido al máximo. No es de extrañar que debido a esto hayan aparecido nuevas publicaciones que tratan de poner en orden un mundo que a lo largo de los años se ha vuelto sumamente complejo. ¡Luz, fuego, destrucción! La gran aventura de Dragon Ball (I) es uno de esos libros.



En este primer tomo de ¡Luz, Fuego, Destrucción! Miguel Martínez y Néstor Rubio, dos fans acérrimos de la serie, han echado toda la carne en el asador para traernos lo que podríamos definir como una guía ligera adornada de algunas de las curiosidades que se esconden tras la obra maestra de Akira Toriyama.

El libro está dividido en tres grandes y diferenciadas partes: el manga, la serie y los OVA. Éstas, a su vez, se dividen en partes más pequeñas que hacen hincapié en temas más específicos. Por ejemplo, en el caso de la serie este primer tomo trata detenidamente todas las sagas que conformaron Dragon Ball, desde los inicios hasta la saga de Boo en Dragon Ball Z. Los autores describen detenidamente la trama, los temas musicales y, de tanto en tanto, añaden alguna rareza; la mayoría de la cuales tienen que ver con los nombres con los que Toriyama bautizó a su personajes o con la absurda censura española que se aplicaba de forma totalmente arbitraria y acababa destrozando capítulos enteros.



En lo referente a los OVA los autores siguen la misma premisa utilizada en las otras secciones, mostrándonos, en este caso, como la mayoría de estas películas son difíciles de encajar en el canon de la serie. Por cierto, a lo largo de todo el libro, y en cada una de las páginas, hay multitud de fotogramas que acompañan lo descrito por los autores. Una forma magnifica para hacernos revivir momentos tan emotivos como la primera muerte de Krilín a manos de uno de los lacayos de Piccolo Daimaoh o el enfrentamiento final entre Son Goku y Freezer.



Pero, desgraciadamente, hay una parte que ensombrece todo el trabajo realizado en este libro. Faltas de ortografía constantes, párrafos que se repiten y un estilo de narración que, en ocasiones, recuerda más a un borrador a la espera de ser corregido que a un texto ya publicado convierten lo que debería ser una lectura placentera en un esfuerzo tedioso. Al final, un trabajo nulo en corrección prácticamente echa por tierra un libro que resultará atractivo solamente a los fans de Dragon Ball.
  

martes, 17 de abril de 2018

Crónica de un día en El 36 Salón Internacional del Cómic de Barcelona




118.000 parece ser la cifra mágica, pues, al igual que el año pasado, ha sido este el número de visitantes que ha recibido el 36 Salón del Cómic de Barcelona, revalidando así la cifra de asistentes del año pasado.

Exposición: Las revistas del boom del cómic para adultos


Para empezar, queda claro que la gente de Ficomic ha minimizado las molestias que debe sufrir el asistente a la hora de acceder al recinto a mínimos aceptables. Siguen realizándose colas pero estas ocurren dentro de una inevitable normalidad.

Las revistas que lo petaron desde finales de los 70 a principios de los 90


Nada más acceder al recinto (y a pesar de que ya lo sabíamos) nos chocó encontrar tanto vacío. Si el año pasado comentaba que cada vez se aprovechaba mejor la Plaça Univers, este año, como si hubieran decidido llevar la contraria, han convertido este lugar en un vasto erial (con excepción de alguna que otra food truck) en el que los visitantes se dejaban caer agotados como lo hace un sediento en un desierto cualquiera. Una zona decadente que al menos resultaba un lugar adecuado para comer y recuperar fuerzas.

Star Wars en la Fan Zone


Tras cruzar el páramo inhóspito conseguimos llegar al recinto P.5. Lo primero que encontramos es la Fan Zone. Allí se reúnen los expositores de Star Gate, Star Trek, Star Wars y alguna que otra “star” más. Es en el fondo de este recinto donde hallamos la primera de las exposiciones. Una expo marcada para mayores de 18 años. Chavales de 15, 16 o 17 años, que acceden libremente a internet cada día y a todo tipo de contenidos, se quedaban a las puertas mientras niños de 6, 7 u 8 años accedían junto con sus padres. Sin comentarios.



Revistas del boom del cómic para adultos era la susodicha exposición. Aquí pudimos encontrar originales de revistas como Cimoc, el Cairo o el Víbora. Revistas que han significado mucho en el panorama comiquero español.



No lejos de allí, en un rincón algo desangelado, se encontraba una de las exposiciones estrella: Expo Jack Kirby. Un buen puñado de originales, aunque no los suficientes como para hacer justicia, mostraban el gran trabajo de Jacob Kurtzberg (más conocido como Jack Kirby) creador junto a Stan Lee de personajes míticos como Los 4 Fantásticos o Ironman.

La expo de Jack Kirby al completo


De aquí, y sin perder ni un minuto más, al nivel dos de esta misma sección. En la sala 3 estaba a punto de empezar una master class impartida por David Rubín; o eso parecía. Cambios de planes y retrasos. Lo peor de todo es que no había nadie que informara sobre el asunto. Cuando estábamos a punto de darnos por vencidos, apareció una chica con la tan preciada información. Por fin pudimos acceder a la sala. Dave Mckean estaba terminando su master class cuando entramos, y a continuación tomó el testigo David Rubín para explicarnos a los asistentes cómo se debe leer un cómic y todos esos recursos narrativos, a nivel visual, que se utilizan en el noveno arte. Un placer, como siempre, escuchar a este autor. Es casi como charlar con un colega mientras te tomas una birra.

Expo Martín Saurí


Contiguo al palacio 5, en el palacio 4 se encontraban la mayoría de las exposiciones. Algunas dedicadas íntegramente a autores: como la de Martín Saurí (ganador del Gran premio del Salón Internacional del cómic 2017), Javi Rey (autor revelación Divina Pastora 2017) o Jaime Martín con su aclamada obra Jamás tendré 20 años. Otras se centraban en obras: como los covers creados por distintos autores para el cómic Dead Inside o la exposición estrella del salón que estaba íntegramente dedicada a Superlópez

Exposición sobre el autor Javi Rey




Detalle exposición Superlópez



Objetos utilizados en la película Superlópez

Había incluso una exposición muy especial, y necesaria, en la que 500 autores realizaban una ilustración, la exhibían y seguidamente se procedía a su subasta. Lo recaudado era para los refugiados. Por cierto, cada dibujo también se puede descargar a cambio de un donativo. Más información en: www.dibujosporsonrisas.org

Dibujos por sonrisas: una exposición solidaria


Tras comer en el páramo conocido como Plaça Univers encaminamos nuestros pasos al Palacio 2 donde se encontraban todos los expositores de venta. Cómic nuevo, viejo, de ocasión, de segunda mano, fanzines, y un poco de merchandising… vamos, lo de cada año. En una de las esquinas más alejadas del recinto se encontraba la Zona Nintendo con el videojuego de  Donkey Kong Country: Tropical Freeze como principal atractivo. En la otra esquina la zona más familiar del salón: Comic Kids. Aquí los más peques podían disfrutar de un sinfín de actividades junto a sus padres.

Visitantes del salón dándole a los botoncitos 

Este 36 Salón Internacional del Cómic de Barcelona me ha dejado un sabor de boca agridulce. Mientras que ubicar las master class, presentaciones y mesas redondas en salas alejadas del bullicio de los expositores y exposiciones me parece un gran acierto, no puedo dejar de pensar en todos esos espacios vacíos o el que hubiera menos exposiciones que el año pasado (siendo además estas más pequeñas). A esto hay que añadirle el incremento de un euro en la entrada. La sensación final ha sido de dar más a cambio de menos. Espero que en posteriores ediciones podamos volver a ese salón de 2017 que casi rozaba la perfección.