jueves, 31 de mayo de 2018

La Catedral del Mar


Hace unos años, cuando paseaba por Ciutat Vella de Barcelona y observaba a los turistas haciendo cola para entrar en La Catedral, no podía dejar de pensar qué sobrevalorados están algunos monumentos y qué poco se conocen otros de mismo calado arquitectónico. Sí, La Catedral de Barcelona es impresionante y por dentro es tal la magnificencia de detalles que no puedes más que rendirte a sus pies. Con todo, no lejos de allí, en el barrio del Born existe una basílica que, aunque menor que La Catedral de Barcelona, la humilde mística que la  envuelve (gracias en mayor medida a cómo la luz se filtra e incide dentro del edificio) la convierten en un monumento de mayor envergadura. Y eso desde el punto de vista de alguien que se deja llevar por lo arquitectónico, ya que  en el tema religioso ni fu ni fa. El nombre de este templo mariano es Santa María del Mar.


Detrás de Santa María del Mar hay una historia que pone de manifiesto la fuerza de voluntad y dignidad del pueblo llano, pues mientras La Catedral fue construida para las clases pudientes Santa María del Mar se alzó al mismo tiempo por y para el pueblo. No cabe decir que para aprender un poco sobre este tema podéis tirar de algunos libros de historia o Wikipedia aunque desde 2006 existe una novela que hace que acercarse a este capítulo de la historia de la Barcelona medieval resulte menos tedioso.



Hoy en día es difícil encontrar a alguien que no haya leído La Catedral del Mar (Plaza&Janés / Debolsillo) de Ildefonso Falcones ya que en su momento y en un tiempo récord acabó convirtiéndose en un best seller. En la novela seguiremos los pasos de Arnau Estanyol un muchacho que ya desde antes de su nacimiento su sino estará marcado por la tragedia. Una narración ágil (muy cinematográfica) nos hará engullir páginas y descubrir las traiciones y venganzas típicas de este tipo de novelas que harán que el protagonista vaya ascendiendo en la escala social con la Barcelona medieval como telón de fondo.



El libro se puede dividir en dos partes: Arnau niño y Arnau adulto. La primera parte, en la que Arnau acabará incluso convirtiéndose en el bastaix (hombres que transportaban las piedras para construir la basílica) más joven de Barcelona, es narrada muy al estilo novela picaresca, con el menudo Joanet (amigo de Arnau al que acabará considerando como de la familia) como el contrapunto de inocencia y candidez que el protagonista va perdiendo a marchas forzadas. Una primera parte que nos deja una escena triste y de dureza descarnada que será ese punto fronterizo en el que un niño deja la infancia para brutalmente abrazar la edad adulta.

Ildefonso Falcones cavilando las tropelías por las que hará pasar a Arnau


En cuanto Arnau Estanyol crece su personalidad pierde carisma y complejidad, el personaje se torna uno del montón obligado a realizar tareas y acciones mil vistas en novelas similares. Además, todas las féminas del libro acaban rendidas a sus pies, tarde o temprano y de forma muy forzada, como igual de forzadas son algunas escenas que se resuelven más por azar que por planificación. Por suerte, la historia del protagonista se apuntala con cierta firmeza gracias a  secundarios como Hasdai Cresca (judío pudiente al que Arnau hará un favor impagable y que este agradecerá con su amistad), Sahat (esclavo en busca de la libertad) o Elionor (pupila del Rey que contraerá una gran enemistad con Arnau). En esta parte disfrutaremos de escenas de batalla narradas con verosimilitud que nos llevará a conocer a los almogávares: soldados que se comportaban casi como mercenarios y que lo mismo les daba hacer tareas de espionaje que asediar un castillo. Unas tropas de choque muy duras que incluso en tiempos de paz siempre andaban buscando jaleo. También seremos testigos de una emocionante batalla de barcos en las playas de Barcelona que resultará esencial para que Arnau levante envidias que lo llevarán incluso a enfrentarse con la Inquisición.



En definitiva, La Catedral del Mar es un libro de ficción histórica que nos muestra tradiciones, vida, trabajo, cultura y clases sociales de una época medieval cruel y de una Barcelona en pleno desarrollo a través de los ojos de un personaje que deberá enfrentarse a multitud de enemigos, pero que también será arropado por amigos, mientras, paralelamente, asistimos a los años más significativos de la construcción del templo mariano.



Hace una semana que se estrenó la serie de La Catedral del Mar. Una serie que narra, (o al menos es lo que he podido observar tras visionar los dos capítulos de los ocho que conformarán la ficción televisiva) con cierta fidelidad, aunque condensando de forma considerable, lo narrado en la novela de Ildefonso Falcones. En el reparto encontramos a actores como Aitor Luna que interpreta a Arnau Estanyol, a Michelle Jenner (que parece que se está especializando en papeles de series históricas), a Tristán Ulloa (al que hace poco pudimos ver en la serie Fariña) o a  Josep María Pou interpretando a Sahat.


martes, 8 de mayo de 2018

Fariña


Pensar en narcotráfico a gran escala es pensar en países como Colombia o México, seguramente debido a todas esas películas que se han hecho sobre el tema. Series como Narcos o Breaking Bad no hicieron más que reforzar esa idea. Eso no significa que se ignore las grandes cantidades de mercancía que se han movido en España. No hay más que volver la vista atrás, a la década de los 80, y descubrir cómo toda una generación cayó en las redes de la cocaína o la heroína. Y si ponemos la vista en la actualidad, solo hay que encender la televisión y mirar las noticias para ver de qué forma las lanchas de los narcotraficantes se pasean impunemente por La Línea de la Concepción. Así pues, la respuesta es sí, si la pregunta es si tenemos grandes capos de la droga en España. Con todo, y debido a que siempre han mantenido un perfil bajo, los capos de la droga españoles han pasado bastante desapercibidos, a pesar de las toneladas y toneladas de cocaína y hachís que conseguían descargar en las costas gallegas. Y sin embargo, durante mucho tiempo fueron incluso personajes queridos en los lugares donde residían. Algo que parece increíble sin no exploramos un poco el contexto histórico de la zona. Y la mejor forma de hacerlo es a través del libro de Nacho Carretero Pou: Fariña.

El autor y su obra


He de ser sincero: jamás hubiera leído Fariña. Conocía la existencia del libro de no ficción que trataba sobre el narcotráfico en las costas gallegas, y la portada, mostrando un fardo de coca abierto que deja al descubierto el título, aunque me había llamado la atención no había conseguido atraparme lo suficiente. Así pues, ¿por qué leerlo? El primer factor para hacerlo, y el más importante, fue que en febrero de este año la censura se cernió sobre la obra. Una juez decidió secuestrar la publicación a petición de un ex-alcalde de O Grove que aparecía citado en el libro por supuestos vínculos con el narcotráfico. La jugada les salió mal. Las ventas del libro se dispararon en pocas horas, poniendo de manifiesto que la censura resulta una brutal estrategia de marketing. Por no mencionar que a pocos días de ese suceso se iba a estrenar una serie de mismo nombre basada en la novela. Segundo y definitivo factor que me hizo leer la novela.

Fariña: la serie


En Fariña, Nacho Carretero Pou no solo habla del narcotráfico que asoló Galicia y por ende España, sino que hace un viaje al pasado más remoto de las tierras gallegas para mostrarnos cómo los habitantes del lugar ya trapicheaban con la mercancía de todos aquellos barcos que embarrancaban en la costa. De ahí al estraperlo, en grandes cantidades, de tabaco y poco después a la cocaína y al hachís. El autor hace una profunda radiografía de todas las familias de capos (Los Charlines, el clan de Oubiña, Sito Miñanco, etcétera) además de las múltiples operaciones de descargas. Asimismo hace con las operaciones policiales que se llevaron a cabo para echarles el guante. Muchos datos, lugares y fechas que llegan a resultar un embrollo y a cansar pero que ponen de manifiesto que los capos actuaban impunemente gracias a políticos y oficiales de policía corruptos. La mejor parte del libro, en mi opinión, es aquella que muestra la lucha de las madres que vieron como sus hijos caían en la droga y pagaban un alto precio mientras los capos que la vendían se salían con la suya. Estas madres, con Carmen Avendaño a la cabeza, crearían la  asociación Érguete, una entidad que sacaría los colores a los corruptos y que pondría contra las cuerdas a los capos.

El actor Javier Rey en el papel del narco Sito Miñanco


Fariña, publicado por la editorial Libros del K.O., resulta un libro más esclarecedor que entretenido. Una obra dura, además de un gran trabajo periodístico, que nos muestra un entramado criminal que afectó (y todavía afecta), de una u otra forma, a todos los estratos sociales de nuestra sociedad.



La serie de Fariña fue estrenada a finales de febrero de este año. No sigue al pie de la letra lo contado por Nacho Carretero en su obra pero sí que, y en ocasiones con algún que otro retoque, muestra los puntos más cruciales. Como personajes principales tenemos a Sito Miñanco (Javier Rey) y al sargento Darío Castro (Tristán Ulloa). A través de ellos dos, y a lo largo de 10 capítulos que abarcan casi diez años de historia, los espectadores seremos testigos de cómo unos contrabandistas de tabaco acabaron convirtiéndose en los mayores capos de España.