jueves, 12 de julio de 2018

Astérix en Italia


Con el calor estival no sólo regresa el canto excitado de las golondrinas a última hora de la tarde, la arena de la playa que se escurre entre los dedos de los pies o los guiris con tonalidades de piel que rivalizarían con el helado de fresa y nata, también lo hacen todas esas guía de viaje que hablan de los enclaves o monumentos típicos, que jamás habría que pasar por alto, del lugar en cuestión al cual pretendemos viajar. Guías ordinarias, de fotografías en ocasiones anticuadas y de descripciones prosaicas pero de estilo narrativo similar a un prospecto de un medicamento. Puestos a tantear ese lugar que nos gustaría visitar, ¿por qué no hacerlo de una forma diferente? ¿Por qué no hacerlo, además, a través de un cómic?

Astérix en Italia es el último título de los personajes que Goscinny y Uderzo crearon a finales de los años cincuenta y que desde Astérix y los pictos los encargados de dar vida son el guionista Jean Yves-Ferri y el dibujante Didier Conrad. Esta vez nos plantean una historia harto sencilla: los romanos han creado una carrera que cruzará todo el país italiano, una especie de Giro de Italia mezclado con el GP de Monza pero con cuadrigas. Y allí que van Astérix, Obélix e Ideafix.



La historia sirve como una estupenda excusa para que recorramos junto a los protagonistas una antigua Italia convulsa de pueblos que tratan de evitar que los romanos acaben tomando el control total de su nación. Entre topicazos, datos curiosos e historia iremos avanzando y conociendo costumbres, monumentos y lugares dignos de ser visitados mientras nuestros protagonistas se las ingenian para ir terminando cada etapa, para estupor y enfado de los romanos que mediante trampas intentan hacer lo imposible para evitarlo.



En Astérix en Italia no sólo vamos a encontrarnos con datos curiosos, y reales, sobre Italia, sino que el cómic está repleto de guiños a la Formula 1, a la cultura actual (incluida la gastronómica, como no podía ser de otra manera) además de algunos cameos de personajes vinculados al país en cuestión y que nos obligará a repasar cada viñeta con lupa, como si se tratara de un libro de ¿Dónde está Wally?



En definitiva, Astérix en Italia, publicado por la editorial Bruño, es un cómic que sigue manteniendo buena parte del espíritu original con el que el dúo Goscinny-Uderzo dotaron a la obra: diversión, aventuras, humor y un puntito de ironía que harán las delicias de los fans. Un cómic que te abrirá el apetito por conocer un poquito más de Italia.

Ahora sí, ya puedes agenciarte una guía de viajes.

martes, 3 de julio de 2018

Buenos Presagios


Azirafel es un ángel guardián. Crowley un  ángel caído. Ambos son colegas, o al menos se toleran. Llevan vagando por la Tierra desde el principio de los tiempos, han asistido a miles de acontecimientos clave a lo largo de toda la historia de la humanidad pero ahora se acaban de enterar de que se acerca El Apocalipsis y que todo se irá al carajo. Y claro, ahora estaban bien, se habían acostumbrado a los humanos, a las contradicciones que los definen y a las ciudades pestilentes en las que viven. Azirafel y Crowley ven que se les acaba el chollo, así que contraviniendo las órdenes que cada uno ha recibido por parte de sus superiores deciden unirse para que El Apocalipsis no ocurra. Para ello deberán encontrar al niño en el que el anticristo tiene previsto despertar para liarla muy gorda.


Terry Pratchett y Neil Gaiman, Neil Gaiman y Terry Pratchett, tanto monta monta tanto pues en Buenos Presagios encontramos a partes iguales la esencia de los dos autores. Por una lado la capacidad de cuenta cuentos de la que goza Gaiman por el otro la imaginación desbordante y cargada de humor de Pratchett. Y aunque en algún momento parece desdibujarse esa esencia y mutar en un pastiche de situaciones absurdas que parecen no llegar a ningún lado, en general la novela tiene una historia que engancha lo suficiente como para que el lector no dude en seguir adelante para descubrir si la profecía de Agnes la Chalada se hará realidad.



La trama es un cachondeo padre con un sinfín de diálogos descacharrantes y situaciones absurdas. Además resulta una sátira de la película La Profecía, sobre todo cuando la narración pone el foco en Adan Young, el niño que podría llegar a convertirse en el anticristo. Pero por otro lado tiene su parte oscura. Una parte oscura que muestra el lado más desagradable del humano a través de los cuatro jinetes del apocalipsis. Aunque la luz siempre acabe atravesando las tinieblas para suavizar el dramatismo mediante el humor y la benevolencia surgida de los lugares (o personajes) más insospechados. Con todo la advertencia es clara: tanto el humor (el humor cargado de ironía y muy mala baba) como las cosas macabras nos son cosas de críos; aunque una buena parte de la novela esté protagonizada por unos mocosos, ¡pero vaya mocosos!

Los padres de la novela


Pero si hay algo que se deba resaltar de forma notable en Buenos Presagios es la química entre la pareja protagonista. Si realmente vale la pena leer esta novela es por todas esas escenas que comparten el ordenado y educado Azirafel y el chulesco Crowley. Escenas en las que acostumbra a desatarse el caos, no importa si es una fiesta de cumpleaños infantil, una partida de paintball entre compañeros de trabajo o dentro del coche del propio Crowley donde cualquier casete acaba convirtiéndose en una cinta del grupo Queen.

Crowley y Azirafel de carne y hueso


Buenos Presagios (que podéis encontrar publicada por Timun Mas) es una novela escrita a cuatro manos por dos escritores de talla expertos en entretener al lector. A pesar de que tiene algunas escenas sobrecargadas de chistes algo forzados la historia nos lleva a un viaje caótico y divertido que a su manera acaba siendo peculiarmente épico.

El bien y el mal uniéndose para no perder la buena vida 


Gracias a Neil Gaiman, que se ha implicado de forma arrolladora, la novela verá la luz en forma de mini serie en el 2019. Ahora mismo se encuentra en plena post-producción pero que en los papeles de Azirafel y Crowley encontremos a actores tan carismáticos como Michael Sheen o David Tennant hace presagiar (y esta vez no necesitamos profecías) lo mejor.