jueves, 11 de mayo de 2017

¡Guardias! ¡Guardias!

Empecé a leer a Terry Pratchett por Carpe Jugulum. No es ni de lejos la mejor de las opciones, lo sé. Luego le siguió El asombroso Mauricio y susroedores sabios. ¡Bingo! Ese sí que es una maravilla. Seguidamente Brujerías y El color de la magia. Ronda de Noche (delicia pura), Regimiento Monstruoso, etcétera. La pauta siempre ha sido que leo sin seguir un orden; y, sinceramente, no creo que por ello haya disfrutado menos de su obra. Es por ese motivo que, habiendo leído las últimas, y más complejas, novelas del arco argumental de La Guardia (Ronda de Noche, ¡Zas! y Snuff) ahora reseño el libro con el que comenzó su andadura Sam Vimes, el personaje con el que siempre me he divertido más de todos los que llegó a crear sir Terry.



En ¡Guardias! ¡Guardias! los protagonistas son la cochambrosa guardia de Ankh-Morpork; en especial los que hacen la ronda nocturna, que, si cabe, son todavía peor. Son expertos en dejar que los problemas ocurran sin que a ellos les afecte demasiado. Así pues, la mayoría de las veces los esquivan. Pero esta vez es un dragón de titánico tamaño el que acosa la ciudad, y va a ser difícil escaquearse. Con lo cual, y sin que sirva de precedentes, la guardia se va a poner a investigar. En definitiva: a hacer su trabajo.



¡Guardias! ¡Guardias!, y como el propio autor deja claro en las primeras páginas, es una novela dedicada a toda guardia de la ciudad que, una vez aparece el héroe, o el villano, en una novela de fantasía, son los primeros en recibir una paliza. Esta es la primera novela en la que descubriremos a Sam Vimes. Un tipo algo holgazán y borrachín, pero que sabe imponerse e impartir justicia cuando es necesario; aunque eso no ocurra muy a menudo. Pero una sucesión de acontecimientos harán que Sam Vimes se replanteé qué significa pertenecer a La guardia turno de noche. El primero es la aparición de un nuevo recluta llamado Zanahoria que derrocha motivación por los cuatro costados. El segundo es un dragón, algo que podría pasar desapercibido si no fuera porque están totalmente extinguidos.



Temía, y tras haber leído novelas más complejas de La guardia, que esta trama me resultará menos divertida o entretenida. Si es cierto que es de esa época en la que Pratchett “utilizaba menos la sátira”, era algo menos oscuro y tiraba más del humor absurdo. (Aunque sin llegar a los extremos de las primeras novelas de Rincewind). Pero Pratchett es Pratchett, así que no sólo encontraremos una parodia a las películas de fantasía en las que un héroe lo soluciona todo, sino que también hallaremos, en forma de ingeniosas frases repletas de ironía, críticas punzantes sobre el racismo, el inmovilismo o el egoísmo humano. Además es una delicia descubrir los inicios de Sam Vimes, de Lady Sybil y sus curiosas aficiones, de Zanahoria y la historia de su clan, del sargento Colon, del cabo Nobby Nobbs o del Bibliotecario, con el cual, en algunas escenas llegué a descacharrarme de las risa. ¡Guardias! ¡Guardias! además es una novela negra de investigación; una en la que prima el cachondeo, los momentos absurdos y la aventura a toda costa.



“A veces la gente era idiota. Pensaban que la biblioteca era un lugar peligroso por culpa de los libros mágicos, cosa que era cierta. Pero lo que la convertía de verdad en uno de los lugares más peligrosos del mundo era el hecho de ser una biblioteca”.


miércoles, 3 de mayo de 2017

El fin del mundo y antes del amanecer

Cuando se habla de manga lo primero que se nos viene a la cabeza son historias con cierta cantidad de violencia, héroes estrafalarios, chicas de pechos desorbitantes, espadas, naves espaciales, robots gigantescos y hasta animales que hablan. Pero si ya estás un poco curtido en lo que se refiere al cómic japonés, y aunque las primeras ideas que asalten tu mente sean las que anteriormente he resaltado, no tardarás en caer en que algunas de esas historias tienen una sensibilidad especial. La mayoría de ellas ni siquiera tienen que ver con la fantasía o la ciencia ficción, sino con la vida rutinaria, el primer amor o a la vuelta a nuestras raíces. Uno de los grandes autores experto en darle forma a esos sentimientos y convertirlos en una concatenación de bellas viñetas es el recientemente fallecido Jiro Taniguchi. Pero, últimamente, allá en el horizonte, (quizá con ganas de recoger el testigo) brilla una nueva estrella que no se le da nada mal el tema de crear personajes de profunda personalidad. Su nombre es Inio Asano.



El fin del mundo y antes del amanecer es un manga que recoge un puñado de historias cortas en las que el autor nos muestra personas simples viviendo situaciones cotidianas. Aunque las historias se pueden leer por separado, incluso de forma desordenada, sin que por ello pierdan ni un solo ápice de sentido, leerlas juntas da muchísimo más sentido al conjunto, pues descubriremos que la vida de un personaje se entrecruza con la de otro, y así progresivamente. Inio Asano crea de esta forma una historia mucho más extensa al unir el entramado de sucesos menores. Y lo consigue sin forzar situaciones, sin perder fuerza en la narración; simplemente con una frase que nos hará recordar a aquel personaje que creíamos olvidado o aquella circunstancia que parecía haber terminado con un final abierto.



¿Pero de qué va El fin del mundo y antes del amanecer? Hay un poco de todo. Desde un hombre que pierde su trabajo y huye. Una huida que le ayudará, y gracias a los recuerdos de su vida, a decidir qué hacer con lo que le resta de vida. También encontraremos la historia de un adolescente que comete un delito y que arrepentido buscará la forma de redimirse, no sin antes descubrir que cada paso que da hasta esa redención lo lleva a una madurez de la que ni siquiera él será consciente. Otro de los relatos nos cuenta como una estudiante de instituto (con problemas que se irán desvelando en relatos posteriores) medita sobre huir del instituto, un lugar en el que un cotilleo puede destrozarte la vida; todo ello visto desde los ojos de dos amigos, algo gamberretes, que también buscan encajar. O está esa otra maravillosa historia (mi preferida) en la que se nos muestra el día a día de una muchacha en apariencia jovial, que sonríe a todos los clientes tras el mostrador de sus tienda pero que al llegar a casa muestra su verdadero, y escondido, rostro. Encontraremos además historias de sensualidad, de tristeza, de amor juvenil, de sexo sucio y vacío (que no pornográfico), de soledad y de esperanza. La mayoría protagonizadas por adolescentes, pues Inio Asano demuestra con creces desenvolverse con soltura con personajes que se hallan en esa etapa de la vida al mostrar cómo piensas, cómo sienten, cómo dudan y sobre todo cómo aman.



He dejado para lo último el dibujo pues no hay más que echar un rápido vistazo al tomo para encandilarse del estilo del autor. Un trazo inmaculado, detallista en lo que se refiere a los escenarios, en especial a los núcleos urbanos (puedes perderte durante minutos en una sola viñeta) y con una forma de componer personajes única: labios turgentes, miradas llenas de significado y cuerpos en poses que destilan
Inio Asano, el autor.
cierto erotismo.
El fin del mundo y antes del amanecer de Inio Asano es un manga que a priori puede parecer algo aburrido, pues son un conjunto de historias con personajes mundanos viviendo situaciones sencillas, pero a medida que vayas leyendo descubrirás que son historias repletas de sensibilidad y cierta “magia” (e incluso alguna cosa “raruna”); seguramente hasta te sentirás identificado con más de un personaje. Un manga totalmente recomendado para todos los lectores que disfrutan con las obras más intimistas de Jiro Taniguchi.