miércoles, 14 de marzo de 2018

Corto Maltés. Bajo el sol de medianoche y Equatoria.


El tío luce un porte de galán de cine, aunque su profesión es la de marinero. Sus pantalones blancos no parecen los adecuados para embarcarse en aventuras en las que en ocasiones hay que arrastrarse por lugares inmundos; a pesar de ello, se las arregla para que siempre aparezcan impolutos. Prenda que por cierto va a juego con la gorra que ensombrece su mirada cautivadora. En los labios, colgando, siempre un cigarro. En la oreja derecha un enorme pendiente de aro. Unas patillas frondosas acentúan un rostro férreo. Así es, a grandes rasgos, Corto Maltés. Pero de Corto, quizá, yo subrayaría su capacidad seductora, no solo con las féminas que encuentra en sus aventuras, sino también con los hombres; consiguiendo que tanto amigos como enemigos caigan rendidos a sus pies. Pues tras conocerle, tras descubrir esa personalidad tan marcada por el honor y la justicia, que siempre le lleva a luchar al lado de los más débiles (muchas veces sin buscarlo), es imposible que Corto no acabe cayéndote bien.



He de reconocer que no era un gran fan de los cómics de Corto Maltés. Sobre todo por desconocimiento. Y es que siendo un chaval los había ojeado, pero claro, a esa edad prefería mucho más las “galletas” que repartían los superhéroes o las aventuras bizarras que podía encontrar en los mangas del género cyberpunk. Fue hace poco, y casi por casualidad, que cayó en mis manos Corto Maltés: Equatoria. Ahora que uno ya tiene una edad y no hace ascos a ningún cómic me puse a leerlo y al rato ya estaba enganchado. Tras terminarlo hice lo más lógico: ir en busca de más.



Corto Maltés: Bajo el sol de medianoche, supuso el retorno del marinero creado por Hugo Pratt allá a finales de los años 60. Veinte años después de la muerte de su autor un dibujante y un guionista, ambos españoles, tomaban el testigo. Por un lado tenemos a Juan Díaz Canales que se encargó del guion. Sí, el guionista de uno de los mejores cómics noir de todos los tiempos: Blacksad. A los lápices encontramos a Rubén Pellejero, que no le venía de nuevo esto de crear viñetas del género aventurero. En la serie Dieter Lumpen que creó junto al guionista Jorge Zentner nos embarcaba en un cómic de aventuras clásicas al lado de un aventurero que lo era por azar. Al observar las viñetas de ese cómic es cuando se aprecia que el estilo de Pellejero había bebido de las mismas fuentes que las de Pratt, así pues era la elección idónea.



En esta primera aventura una carta escrita por Jack London, el autor de Colmillo Blanco, es lo que hace que Corto se ponga de nuevo en marcha. Debe entregar dicha misiva a una amiga del escritor, una exprostituta que ahora lucha por el derecho de las mujeres. Como es de esperar, las cosas se torcerán incluso antes de empezar y el protagonista se verá inmerso en aventuras que en cierto modo trata de evitar, pero en las que al final, inevitablemente, acabará involucrándose. Por ejemplo, Corto se verá inmerso en una sangrienta revuelta inuit, en los intríngulis del espionaje o en traiciones que en ocasiones le beneficiaran y en otras pondrán su vida en peligro. Y todo ello con el bello telón de fondo del Gran Norte, uno de los parajes más extremos del planeta. Un lugar indómito donde los buscadores de oro se dejaron la piel por hacer fortuna. Rubén Pellejero, con unos pocos trazos, hace gala de su maestría y nos muestra lugares copados por la nieve, bosques de tonos amarillentos y ríos bravos. El color, sutil pero bien empleado, hace que todo cobre vida como por ensalmo.



Tras varios cambios inesperados de escenario, pero siempre con un argumento al servicio de la aventura, alcanzaremos un final que produce un agradable sentimiento de nostalgia y que irremediablemente deja con ganas de más.



En Corto Maltés: Equatoria la historia da un giro radical, pero solo en lo que respecta al escenario. Si en Bajo el sol de medianoche podíamos sentir como el frío helador calaba nuestro huesos, ahora tocará sudar la gota gorda, pues el continente africano será esta vez el paraje protagonista. Además, en esta ocasión, será la búsqueda de un tesoro antiguo lo que llevará a Corto a meterse en no pocos problemas.

Una vez más el dúo Guarnido-Pellejero vuelve a crear un cómic que destila aventura clásica por los cuatro costados. En este álbum el colonialismo europeo de principios del siglo XX y lo que éste provocó en los nativos del lugar será el tema que los autores trataran con un cuidadísimo rigor histórico. Y si de historia con mayúscula hablamos no podemos dejar de hablar de todos esos personajes célebres que en algún momento cruzan su camino con el marinero natural de Malta; algunos tan reconocibles como Winston Churchill. Personajes que, por cierto, Rubén Pellejero dibuja de forma exquisita al emplear un trazo limpio y elegante; un dibujo con carácter propio pero conservando la esencia de Hugo Pratt.



Bajo el sol de medianoche y Equatoria son dos obras que considero de imprescindible lectura. Y es que Juanjo Guarnido y Rubén pellejero no solo han sabido captar toda la esencia que Hugo Pratt insufló a su obra, sino que la han sabido hacer suya, para contar sin miedos y tapujos esa parte que el autor de Italia se dejó en el tintero. 



Ahora bien, si tuviera que quedarme con una, elegiría Equatoria. Los motivos serían su mayor agilidad narrativa, el acertado trasfondo histórico, el mítico tesoro, la profundidad psicológica que llegan a mostrar algunos personajes y sobre todo por esas maravillosas viñetas en las que un nostálgico Corto Maltés habla con su tierra natal. Ambos cómics son publicados por Norma Editorial tanto en castellano como en catalán.