jueves, 31 de mayo de 2012

Clockwerx


Londres, 1897.
En los muelles se está produciendo una serie de accidentes mortales. Un ex policía de Scotland Yard intenta infiltrarse en una obra de perforación que da empleo a las víctimas de esos asesinatos, trabajadores sin papeles en regla. Así descubre la existencia de una guerra secreta entre una poderosa organización, la Golden Shell, y un grupo de mercenarios equipados con unos robots gigantes: los Clockwerx.
¿Qué hay tras este combate?
El descubrimiento de una nueva fuente de energía y la lucha por su control, susceptible de revolucionar el equilibrio mundial en los albores del siglo XX.

El Steampunk (subgénero de la ciencia ficción que juega con la idea de que en la época victoriana han conseguido grandes avances tecnológicos, toscos, rudimentarios y todos con la base energética del carbón, pero aún así muy avanzados a esa época) viene pegando fuerte. Cada vez más. En esta obra además se les unen los Mechas (robots de varios metros de altura en los que un humano acomodado en su interior puede manejarlos a su antojo) para amantes del retrofuturismo.

Y parece que con está mezcla Clockwerx debería convertirse en un éxito, ya que, además hay que añadirle unas ilustraciones por parte de Jean-Baptiste Hostache de una calidad y realidad sublimes. Tanto en paisajes, representando un magnífico Londres de finales del siglo XIX (con los toques adecuados de luz y color), como en los robots (los clokwerx) que parecen sacados de una novela de H.G. Wells o Julio Verne. Sin dejar de lado al fantástico diseño de personajes y al cuidadoso detallismo en sus rostros y vestimentas. Y si esto fuera Clockwerx. El valor de la suma sería alto, muy alto. 

Evidentemente, tras unas bonitas ilustraciones debe haber también un buen guión. Y este no es el caso. Los guionistas (Jason Henderson / Tony Salvaggio) nos brindan una historia plana, sin curvas, ni altibajos, ni sorpresas, ni una arruga. Un guión repleto de clichés: policía retirado que investiga para vengarse, malos muy malos que quieren dominar el mundo y buenos muy buenos que lo quieren impedir, alguna trampa tendida por los malos, algunos malos que se redimen, un poco de amor y de tanto en tanto sacan los robots a pasear y a darse de bofetadas. Y poco más. No busquen, pues nada más encontrará.

Un "pasapáginas" con ilustraciones sublimes, que por cierto, podríamos haber disfrutado más si Planeta de Agostini hubiera hecho una edición algo más grande. Ya que el álbum apenas alcanza los 25cm. Y en su interior los margenes, sobretodo el inferior, son aberrantemente enormes. Haciendo que las ilustraciones en algunos viñetas sean miniaturas y los bocadillos deban leerse con la nariz tocando la página.
Clockwerx es un cómic de los que prometía antes de leer, de los que decae una vez leído, pero también de los que volverás a releer porque resulta tremendamente ágil de leer y fácil de perderse en sus "grandiosas" ilustraciones.

miércoles, 30 de mayo de 2012

El enigma de la calle Calabria

Barcelona,1881.Gerardo Borrás,un acaudalado empresario, toma su coche de caballos para trasladarse a la estación de Sants y viajar a Madrid. Al llegar al fin del trayecto, su cochero se encuentra con que su señor ha desaparecido. A petición de su buen amigo Alfredo Blázquez, y a que el desaparecido es el marido de su prima, Víctor Ros acude a Barcelona a investigar el caso adentrándose en una compleja y peligrosa investigación durante la cual recorreremos con él la populosa Barcelona del siglo XIX; desde los ambientes elegantes del Liceo a los poblados chabolistas de los inmigrantes; Gaudí, Monturiol, los últimos románticos y los primeros modernistas estarán presentes a lo largo de esta novela ya compañarán a nuestro protagonista en la resolución de un gran misterio en una sociedad en plena evolución a las puertas del siglo XX.


Barcelona, unos años antes de que por toda Europa se la conociera por la ciudad de las bombas, debido sobretodo al atentando con una bomba orsini en el Liceu; un detective de dotes innatas para resolver casos más que peliagudos intentará resolver uno aparentemente de secuestro y ,sin remedio, tal como avance el caso  se verá sumergido en algo más macabro y oscuro...

Bomba Orsini
Con esto, muchos ya deberíais estar convencidos para al menos leer la primeras páginas, os guste o no la novela negra de época. Y probablemente sea en las primeras páginas donde os atranquéis y abandoneis la lectura ante la lentitud como se presenta el caso y las largas conversaciones que mantienen los interlocutores. ¡Gran error cometeríais!, ya que son en estos diálogos donde Jerónimo Tristante, el autor, os ubicará en el tiempo, en las costumbres, en la política de le época y os presentará a los personajes de la obra.
Las descripciones de la Barcelona de la Reinxença es impecable, ya sea con pequeños (o enormes) detalles, con apariciones estelares de personajes de renombre de aquel siglo o con la forma de hablar de las diferentes castas sociales. Recreando así un retrato de la Barcelona de finales del siglo XIX tan real que el lector apenas debe hacer esfuerzo para verse inmerso por entre las chabolas que se hacinaban en la Barceloneta o para asistir a las reuniones de los adinerados prohombres que dominaban en la sombra la ciudad y que gustaban de ir a ver opera en el Teatro del Liceu de Barcelona.
Teatro El Liceu  de Barcelona

Por otro lado, además, Jerónimo Tristante, nos vuelve a poner al lado de Victor Ros, un detective que está avanzado a su época y que lleva sus investigaciones de una forma un tanto, especial. Un personaje que se lleva todo el carisma pero que arropado por unos secundarios (algunos de verdadero lujo) bien definidos aportarán aún más solidez a la personalidad del protagonista.
Jerónimo Tristante

Y finalmente está el caso. Aparentemente de fácil de resolución, pero que a medida que avancen las pesquisas llevarán al detective (y al lector) a una vía muerta. Llegando así a la segunda parte del libro y presentando a otro personaje y otra historia. Desubicando, tal vez, a las primeras de cambio, al lector (algo tremendamente bueno para disfrutar el libro al máximo) y haciendo que alguno que otro con un poco de perspicacia, o simplemente con más lecturas de novela negra a sus espaldas, comiencen a descubrir algunas partes del caso, sólo las que el autor quiere, eso sí. Para finalmente llegar a un final excelente; oscuro, lluvioso, enfangado y con un último giro en la trama que deja la puerta abierta para un enfrentamiento épico. Pero eso, tal vez, y si quiere el autor, en otro libro.

martes, 22 de mayo de 2012

Adiós doctor House


Cuando se acaba una etapa, cuando se termina un momento, nos embarga la nostalgia. Una situación cualquiera, una persona, un buen libro o 8 temporadas de una serie televisiva protagonizada por un doctor atípico pero cargado de carisma, cualquiera de esas cosas puede producir ese sentimiento. A partir de aquí, lo que queda son recuerdos, buenos, malos, pero sólo recuerdos.

Corría el año 2004 cuando el doctor House llegó a las pantallas renqueando y apoyándose en un bastón. Su medio natural era el hospital Princeton-Plainsboro y allí, como un depredador, acechaba para acabar con alguna enfermedad rara o para soltar una contestación repleta de sarcasmo al paciente de pacotilla que sólo venía a la consulta por una nimiedad (o eso es lo que House creía).
Entonces, era cuando los telespectadores se preguntaban por qué la directora Lisa Cudy no ponía de patitas en la calle a ese doctor malcarado, desagradable y prepotente. Y la razón se hacía evidente enseguida: Gregory House era un genio encargado de dirigir un equipo especial de diagnóstico de casos muy raros, y su porcentaje salvando vidas era extremadamente alto.

Todo el mundo miente
Cada vez que House se enfrentaba a otra misteriosa enfermedad evitaba  en medida de lo posible el contacto con el paciente ya que éste era un gran estorbo y contaminaba con mentiras "las pruebas" para llegar a la solución. El paciente, de hecho, visto desde el deformado prisma que envolvía la realidad de House, sólo era un mero receptor de ese rompecabezas. Un cero a la izquierda que no aportaba nada a la ecuación que deseaba resolver. Y si, por uno de los avatares de la vida, House debía mantener una conversación con el paciente, éste último probablemente se arrepentía, se deprimía, intentaba agredirle o interponía una demanda contra el hospital. Y es que la honestidad de House podía llegar a ser devastadora cuando el paciente estaba deseoso de ser engañado.

Holmes y House
Para todo aquel fan del detective creado por sir Arthur Conan Doyle no pasaron desapercibidas el sinfín de referencias que podían observarse en la serie. Los guionistas las habían metido sutilmente (algunas más que otras) pero allí estaban a la vista de todo el mundo. Sherlock Holmes había vuelto (si es que alguna vez se fue) y esta vez llevaba deportivas, camisetas estampadas bajo una camisa y seguía resolviendo casos, eso sí, los malhechores eran minúsculos y siempre eran letales.
Así pues no era casualidad que el apellido del doctor comenzara por la misma letra que el del detective, y tampoco que su mejor amigo, el jefe de oncología James Wilson tuviera un nombre tan similar al del compañero inseparable de Holmes: Jhon Watson.
House tocaba el piano. Holmes el violín. House era un adicto a la vicodina y Holmes se ponía irascible e insoportable si no recibía su dosis de opio, cocaína o morfina. Droga que se suministraba en el 221 de Baker Street mientras que House guardaba sus alijos en el apartamento número 221B.
Y podría seguir, con personajes secundarios de nombres similares a los de las novelas de Conan Doyle y situaciones que perfectamente se podrían haber extraído de uno de los casos del detective para adaptarlos a una situación hospitalaria. Pero si había algo que los convertía en iguales era sin duda la obsesión que les carcomía por resolver el caso y acabar con el malcechor (o enfermedad).

Nunca es Lupus
El equipo de diagnóstico de House siempre estuvo compuesto por 4 o 5 personas. Médicos especializados en diferentes ramas de la medicina que entrarían con ilusión en dicho grupo y que a los pocos meses se arrepentirían de trabajar allí o, en el peor de los casos, comenzarían a pensar igual que House.
Chase, Cameron, Foreman, Trece, Taub... y unos cuantos más que con el tiempo decidían (o eso creían ellos) abandonar al tirano del doctor House.
Los capítulos seguían un particular esquema: paciente con enfermedad rara es tratado por el equipo de House, el equipo empieza a descartar enfermedades hasta que al final salvan o no la vida del paciente.
El caso médico, la forma de diagnosticar, etc. Todo tenía una documentación exhaustiva para darle la máxima veracidad al asunto. Aún así al lo largo de las temporadas poco importaba el tema médico ya que siempre, el caso en si, planteaba un debate moral con los integrantes del equipo y el propio House como contertulios. Debate que siempre traspasaba la pantalla para llegar al espectador que inevitablemente se debía posicionar, consciente o inconscientemente, en uno de los bandos.

Everybody Dies
¡Atención, este apartado contiene Spoilers!
La máxima de House que repetía una y otra vez durante la serie era: Todo el mundo miente. De hecho este era el título que recibió el primer capítulo de la serie.
Cuando a falta de muchos capítulos para que el episodio 22 de la temporada 8 se emitiera (el episodio que pondría final a toda la serie) pudimos saber que el título de este era un juego de palabras (en inglés) con la frase más repetida por el doctor pero que daba un significado demasiado... definitivo, todos nos temimos lo peor.
Entonces la pregunta era irremediable: ¿Moriría House? 
La pregunta cambió al ser rebelada la terrible enfermedad que a Wilson se le diagnosticaba a falta de muy pocos episodios para el desenlace.
Así pues, en estos últimos capítulos House se desvincularía casi por completo de los casos que le asignaban (dejando a su equipo actuar solos y con libertad) e intentaría solucionar el caso más complicado de su vida: salvar la vida de su mejor amigo.
En estos capítulos el bromance mantenido por House y Wilson alcanzaba cotas dramáticas. Las bromas que se hacían el uno al otro, la auto obligación por parte de Wilson de convertirse en la conciencia de su amigo y la obsesión de House por psicoanalizar cada movimiento en la vida de su colega. Todo eso y sus sentimientos maximizados debido a la decisión (más que a la enfermedad en si) que Wilson tomaría nos regalarían unos minutos enternecedores y duros que nos harían tirar de pañuelo. Aún así, nada estaba dicho. Y es que los guionistas de House nos tenían acostumbrados a grandes finales de temporada, con vueltas de tuerca y a veces hasta con situaciones que rozaban la paranoia. Con lo cual que el último episodio comenzara con House desmayado, un cadáver a su lado y un edificio en llamas no nos extrañó, pero como siempre, nos desubicó. Luego una explosión y la desaparición de Gregory House.
Muchos tildarán a los guionistas de cobardes, de no tener el suficiente valor de acabar lo que habían empezado, de decepcionar a todos aquellos seguidores que necesitaban un gran drama. Pero, ni siquiera Conad Doyle pudo con Holmes. Y es de nuevo cuando las referencias al detective son visibles en el último capítulo. Un gran homenaje a la muerte y retorno de Sherlock Holmes, dándole a House sus propias cataratas de Reinchenbach para que luchará contra su némesis: el mismo. Para luego, de forma metafórica y literal, renacer de las cenizas y volver como alguien mejor. Abandonando su yo auto destructivo y cínico para aprovechar su parte más amable junto al amigo de toda la vida.

El final de House pues queda de esta forma totalmente abierto, dejando que cada espectador y fan decida el destino que les deparará a  los protagonistas que conduciendo sendas motos y con una suave melodía abandonan a más de 81.8 millones de espectadores a nivel mundial que les ha seguido y que les guardará en su memoria durante mucho tiempo.
Adiós Doctor House, buen viaje.





domingo, 20 de mayo de 2012

En el top 100 fantasía de Amazon

 Gracias a muchos de vosotros El Asombroso Domador de Luciérnagas ha entrado en el top 100 de fantasía de Amazon. Justo entre El Mago de Oz de Frank L.Baum y El Gran Gigante Bonachón de Roal Dahl.
¡Qué gran honor!

viernes, 18 de mayo de 2012

El invierno del dibujante

En la España de 1957 ser historietista era un oficio. No eran artistas, eran obreros de la viñeta. Cobraban a tanto por página (o por viñeta), trabajaban a destajo, siguiendo unos patrones establecidos e inamovibles. Renunciaban a sus originales y a sus derechos de autor a cambio del dinero cobrado. Pero en ese 1957 ocurrió algo que quebró la monotonía y sembró la esperanza. Cinco extraordinarios historietistas, famosos por sus personajes, osaron rebelarse.


Somos muchos los que crecimos leyendo las historietas (que no cómics) de la editorial Bruguera. Disfrutando de unos personajes que caminaban por las viñetas haciendo reír y llenándonos de curiosidad por saber quien se escondía tras la mano que con pulso firme los dibujaba. ¿Quienes eran Francisco Ibañez, Josep Escobar, Vázquez, Victor Mora, etc? 
Paco Roca tenía esa curiosidad, así que decidió quitarse esa espinita y al conseguirlo, al descubrir lo que se escondía tras las bambalinas de un teatro demacrado absurdo y repleto de esperpentos que era la España de la dictadura, llegó a la conclusión que debía compartir el conocimiento


Y así llegó El Invierno del Dibujante.

Con un dibujo ya característico (rostros redondeado con pocos detalles pero con personalidad en contraste con escenarios de un detallismo y realismo inigualable) no sólo nos relata en esta historia las peripecias de los historietistas de la época en si, si no que es esa época la que marca el ritmo y el compás convirtiéndose en la protagonistas.
Si hay algo que se deba remarcar de El Invierno del Dibujante es el realismo; de tal calidad y veracidad que más que un cómic es un documento sobre aquellos tristes años que vemos reflejados en cinco dibujantes (Escobar, Cifré, Peñarroya y Conti) que decidieron luchar por una libertad que no existía y perdieron. Aunque desde el punto de vista de Paco Roca, y narrando muchas veces más a través de las imágenes que del guión, los ganadores no se llevan trofeo y los vencidos no son los perdedores.
Color azulado para invierno

Una historia con estaciones y colores.

En una historia tan "simple" no cabría esperar ninguna sorpresa. Pero la hay. Y es agradable ver que el autor no ha tirado por el camino fácil, evitando narrar de formar lineal y saltando hacía adelante y hacía atrás en el tiempo, moviéndose por las estaciones. Estaciones que vienen representadas por unos colores que tintarán toda la página y que sirven como un maravilloso engaño visual para el lector.
Color amarillento para finales de verano


El Invierno del Dibujante es una gran historia. Realizada con cariño y afecto, algo a lo que nos tiene acostumbrado el autor. Con  un humor respetuoso y con unos personajes carismáticos (a tener en cuenta al granuja de Vázquez).
Lo peor de esta historia es que el tema o la pausada narración no te guste; aún así deberías darle una oportunidad y leer al menos una estación.

lunes, 14 de mayo de 2012

Crónica: Día del Cómic Gratis Español 2012



En EEUU, el Free Comic Book Day, se celebra cada año el primer sábado de Mayo, y para no ser menos, hace tres años se decidió que en España sería algo que también funcionaría a la perfección. Así que el pasado Sábado 12 de mayo de 2012, más de 42 tiendas de cómics repartidas por todo el país regalaron cómics a todo aquel que solamente se pasará por la tienda a celebrar ese día. Algo que fue posible gracias a la colaboración de editoriales y dibujantes.
Tuve la suerte de que ese Sábado debía moverme entre dos ciudades y por casualidades de la vida (quizá lo planeé, ¿quién sabe? ) las dos tenían tienda de cómics adheridas al Día del Cómic Gratis Español.
La primera fue Norma Cómics Sabadell, una tiendecita pequeña pero en la que no falta de nada. Aquí, también habían decidido poner en la entrada a unos cuantos alumnos de la Escuela Joso que muy amables y gustosamente hacían caricaturas y dibujos , gratuitamente, a todo aquel que quisiera.

Una vez en el interior de la tienda se notaba el ambiente de fiesta. La gente estaba contenta y los que habían venido sólo a mirar y no llevaban dinero en la cartera salían con un cómic entre las manos y una sonrisa en el rostro. En esta tienda habían decidido montar un pequeño stand con todos los cómics (que no eran pocos) que habían recibido de la promoción. Abandoné la tienda con dos cómics bajo el brazo:

Cómic de Aleta: reedición del nº 0 de Invencible (de Robert Kirkman y Cory Walker) : Cómic corto de unas 15 páginas que sirve como tráiler de la serie Invencible del duo Kirkman - Walker. Una forma genial de promoción que seguramente logrará nuevos adeptos a este super héroe.

Cómic de Norma: “Torres de Böis-Maury nº 2” de Hermann : Un album que recopila una historia ya publicada en CIMOC en él que se narra una historia medieval con principio y fin.

Por la tarde, debido a  asuntos privados mis pasos me encaminaron hacia Terrassa. Como el lugar al que iba quedaba muy cerquita de un tienda de cómics no pude resistirme y me deje arrastrar hasta L'Andromina. Las luces en esta tienda eran tenues y por el altavoz sonaba música de los 50, concretamente jazz. Un ambiente inmejorable para buscar, mirar y disfrutar de una tienda repleta de cómics, manga y merchandising. En esta tienda, la estrategia para entregar el cómic era diferente. O te lo daban al entrar o al salir, pero el efecto de felicidad era exactamente el mismo. Dejé atrás el sonido de una trompeta que ejecutaba una melodía con precisión mecánica con dos cómics en la mano:

Cómic Exclusivo del Día del Cómic Gratis Español 2012: 80 páginas a color con historias de diferentes autores nacionales: Este era sin duda el cómic de este día. Una especie de Fanzine con varias historias cedidas por autores españoles muy conocidos .
Cómic de Diábolo: “Más o menos” de Tony Consiglio: Una novela gráfica corta que ha sido comparada con Clerks de Kevin Smith.

El Día del Cómic Gratis Español es sin duda algo muy esperado por los adeptos al cómics. Es una promoción que en otros sectores deberían tomar ejemplo, pues sin duda es una forma de hacer buen marketing, atraer potenciales compradores hasta la tienda y por último y no menos importante (la más importante tal vez) hacer feliz a la gente, que últimamente parece que escasea.

¿Y vosotros? ¿Qué tal os fue el Día del Cómic Gratis Español ?

jueves, 10 de mayo de 2012

Nación

El día que el mundo se acaba...
...Mau vuelve a casa desde la isla de los Muchachos. Pronto será un hombre.
Y entonces llega la ola, una ola gigantesca que trae consigo una goleta, la Sweet Judy. Cuando el barco se estrella, sólo se salva un alma (dos, contando el loro).
La aldea ha desaparecido. La Nación ha desaparecido. Ahora sólo quedan Mau, una chica calzones y una gran cantidad de malentendidos.
Juntos deben crear una nueva Nación a partir de los restos. Crear una nueva historia.
Pero...¿Dónde está la cerveza?
¿Quién protege la Nación?
Además, la historia anterior no va a desaparecer, no al menos mientras los Abuelos conserven la voz. Y Mau debe mirar al pasado antes de enfrentarse al futuro.


Lo primero que llama la atención de Nación (a parte de las enormes y plateadas letras que componen el nombre del autor) es la increíble ilustración estampada en la portada. Una ilustración de colores fríos que producen tranquilidad y un deseo irrefrenable de coger el libro y llevártelo a casa. Pero no sólo la tapa llamará vuestra atención, ya que la edición de TimunMas es perfecta, con una trasera y un lomo que imita un cuaderno de bitácora viejo y ajado y unas ilustraciones interiores (mapa mundi, de la isla y comienzo de capítulo) con un trazo clásico que imita perfectamente las que componían los cuentos y fábulas de época.
Hasta aquí perfecto. Es un ejercicio de marketing que como mínimo os obligará a mirarlo y remirarlo hasta comprarlo. ¿Pero lo principal vale la pena?

Quien busque al Pratchett de Mundodisco quizá se lleve una decepción, quien busque a un Pratchett más "serio" y más emotivo disfrutará como nunca con esta novela que escribió a escondidas cuando en teoría debía estar trabajando en un nuevo capítulo de su saga más famosa.
Nación , al igual que la mayoría de obras del autor (esta quizá más que ninguna), tiene dos lecturas. Podemos disfrutarla sin reflexionar (algo bastante imposible) o maravillarnos de la forma tan ácida y a la vez sutil que tiene Pratchett en manejar la sátira.
La historia de aventuras (que no fantasía) de los supervivientes de un maremoto, y la crítica a un mundo que no funciona a no ser que cambiemos las reglas y nuestros pensamientos, se lee en un suspiro gracias a la prosa liviana y sin florituras (sólo en momentos necesarios y muy concretos) del autor.
Quizá lo más extraño de esta novela sea el poco humor (sobretodo el absurdo) con el que Pratchett ha decidido manejar la historia. Cambiándolo por unas 50 páginas iniciales cargadas de tristeza y desesperanza que poco a poco irá cambiando por un halo de emotivismo justificado y una nostalgia gratificante.
Por otra parte, y por añadidura, los personajes, tanto los protagonistas como los secundarios, cada uno a su manera, soportará en determinados momentos una pequeña parte de la historia, cargándola sobre sus hombros con carisma, provocando odio, amor, respeto o, dependiendo del personaje, un batiburrillo de sentimientos encontrados bien medidos al milímetro por el autor.
Con Nación Terry Pratchett vuelve a la carga, pero esta vez ataca por otro flanco y da al lector donde menos se lo espera, dejándolo desarmado pero contento de redescubrir a un autor que parecía (a simple vista) que ya se había acomodado en lo que mejor sabe hacer.



Nación El Musical 
La novela de Nación (como otras tantas del autor) se ha convertido en un musical que se representa en el Teatro Nacional de Londres.
En un principio este musical llegaría a España por tv de pago en alta definición, por desgracia la idea al final no se llevó a cabo y a no ser que viajemos al Reino Unido nos quedaremos con las ganas de disfrutar de dicha obra.
Os dejo con el tráiler. 



domingo, 6 de mayo de 2012

Danza de Dragones: fecha de salida y portada.

Gigamesh por fin ha anunciado la fecha de publicación de Danza de Dragones. El 22 junio se pondrá a la venta la edición en cartoné y el 13 de julio lo hará la versión en rústica. 
Hasta entonces el autor de las portadas (Coromina) nos ha dejado la que vestirá este libro para ponernos los dientes largos.

Ahora, más que nunca...Se acerca el invierno.

martes, 1 de mayo de 2012

30º Salón Internacional del Cómic de Barcelona


La gran mayoría ya sabe los días o el lugar, o como mínimo conoce el cartel del evento (que ya es algo).
Pero siempre hay algunos despistadillos que andan algo perdidos y quizá no sepan todavía que del 3 al 6 de Mayo de 2012 en la Fira de Barcelona (Montjuïc) en el palacio 8 , para ser más exactos, se celebrará uno de los mayores e importante eventos sobre cómic del estado: 30º SALÓN DEL CÓMIC DE BARCELONA



Este año vuelven a tirar la casa por la ventana y a parte de la temática y exposición principal (que tratará sobre la relación de los robots en el cómic con el nombre de: Robots en la seva tinta) habrán también actuaciones musicales (Lax n Busto, Avalanch, Terapia de Xoc, etc), talleres, firmas de autores, animaciones y un sinfín de actividades lúdicas y culturales.

Imposible hacer una entrada explicándolo todo. Así que os invito a visitar la página oficial de los organizadores en la que encontrareis con el máximo detalle posible el planning completo de esos cuatro días: FICOMIC