Max Brooks ha dedicado varios años a recorrer el mundo en busca de todos los testimonios que ahora reúne aquí sobre la guerra mundial zombi. Por insólito que parezca este libro, que algunos tildan de novela demasiado realista, es la parte censurada del informe que le encargó Naciones Unidas para que quedara memoria de La Crisis», los «Años Oscuros» o la «Plaga Andante», principalmente conocida como Guerra Mundial Z. Al parecer había «demasiado factor humano». Este libro aclara realmente cómo el doctor Kwang Jingshu descubrió los primeros casos y se destaparon las pruebas ocultadas por el gobierno chino sobre el gran estallido. También cómo surgió y se propagó el controvertido Plan Naranja de supervivencia, fruto de un oscuro cerebro del apartheid sudafricano. Además contiene los testimonios directos de gentes de la posguerra: contrabandistas de Tíbet, oficiales de servicios secretos de medio mundo, militares, científicos, industriales, políticos, ecologistas, supermodelos, gentes de culturas alternativas tras el cataclismo y muchos otros que lucharon para defendernos de la amenaza de los zombis. También de aquellos que no lo hicieron tanto e incluso de aquellos que creen que la lucha continúa. Por fin, el mundo sabrá la historia verdadera de cómo la humanidad estuvo a punto de extinguirse. Desde el fin oficial de hostilidades se han producido numerosas tentativas para documentar la guerra zombi. Guerra Mundial Z es el relato definitivo –realizado por los propios supervivientes- de los detalles tecnológicos, militares, sociales, económicos y políticos de cómo la civilización estuvo al borde de la extinción en la lucha total contra el muerto viviente. Un relato insólito y realista, lleno de interrogantes sobre cómo se comportó la Humanidad ante la gran amenaza de la extinción.
Recuerdo la primera vez que leí este libro, debía ser cuando se publicó en bolsillo allá por el año 2006 (si no recuerdo mal) y no solo lo devoré como un zombi devora las tripas chorreantes de sangre de su presa, sino que además pensé que probablemente era el mejor y más "realista" libro de zombis que había leído. No hace mucho volví a releerlo, y tras el aluvión de novelas que ya se han publicado sobre el género, sigo pensando que Guerra Mundial Z de Max Brooks sigue siendo el referente.
La historia son un conjunto de entrevistas que el autor realiza a los supervivientes del ataque zombi que a punto estuvo de acabar con la raza humana. Así pues, cada entrevista es un relato corto (muchos de ellos estremecedores, perturbadores y realistas) que reunidos componen un enorme mosaico que se entrecruza creando una enorme y única historia.
Esta cara se le quedó a Max Brooks al ver la adaptación al cine de su novela |
El punto fuerte de Guerra Mundial Z es el gran trabajo de investigación que el autor ha hecho, no solo sobre comportamiento zombi sino también sobre la industria farmacéutica (que juega un papel polémico), el comportamiento de las masas ante grandes crisis (actos de supervivencia tan extrema que ponen los pelos de punta y problemas psicológicos posteriores), el componente militar (armas y estrategia militar) y componente geopolítico. Y sí, para leer Guerra Mundial Z un mínimo de política mundial hay que saber al menos para pillar todos esos puyazos, esas críticas y esas ironías que veladas o no el autor suelta de tanto en tanto hacía dirigentes y sus formas de hacer. Puede parecer que un libro basado solo en entrevistas pueda no tener ritmo, pero es totalmente lo contrario, pues todas las historias enganchan desde el principio y la forma de narrar ayuda a seguir leyendo hasta el final.
Guerra Mundial Z fue adaptada al cine por la productora de Brad Pitt siendo él el máximo protagonista. Cuando leí que este libro iba a ser transformado en una película de como mucho dos horas tuve serias dudas de que fuera a ser una buena adaptación (una mini serie hubiera dado para mucho más), una vez vista la película ya no había dudas: la película solo guardaba parecido con el libro en el título; todo lo demás había sido maquillado, reformado y reestructurado para convertirse en una película palomitera de dudosa calidad.
Zombis que corren más que Usain Bolt cargado de anfetaminas, componente político casi desaparecido, actuaciones pésimas, incluso Brad Pitt pareció bajar el listón de lo que normalmente hace, sin mencionar algunas escenas tan absurdas como "el momento Pepsi" o el final apresurado y sacado de la chistera. Resultado: una película del montón si no habías leído la novela. Una soberana bazofia para cualquiera que haya leído la novela.
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