miércoles, 1 de febrero de 2017

One Punch Man. El Anime.

Tras un tiempo sin dar señales de vida (a unos nos afecta más que a otros la resaca de la Navidad), vuelvo al blog para comentaros una de las últimas series que he visionado.  Dicha serie cuenta de 12 capítulos. A lo largo de estos capítulos descubriremos como un hombre en paro, que lo ha perdido todo, se forma por su cuenta en un nuevo trabajo,  llegando a alcanzar tal nivel que llega a convertirse en el mejor en su sector. Ser tan bueno lo llevará a sentirse vacío, a buscar nuevos retos que consigan motivarlo para continuar adelante. ¿Qué os parece? Así, a bote pronto, parece una especie de drama costumbrista, ¿verdad? Un drama en el que asistiremos a la vuelta del hogar, a traumas familiares, a divorcios y a escenas bucólicas que sólo conseguirán arrancarnos algún bostezo o arrastrarnos al sueño más placentero. Bien, volveré a explicar de qué va la serie: Saitama era un aplicado oficinista hasta que perdió su trabajo. Tras un tiempo en el paro decide reinventarse y hacerse superhéroe. ¿Por qué? Porque sí. En el proceso, además de convertirse en el hombre más fuerte que jamás haya pisado la faz de la Tierra, se quedará calvo. No preguntéis… Tan fuerte será que cualquier enemigo que se enfrente a él será derrotado de un único puñetazo. Ha mejorado, ¿verdad? Pues a grandes rasgos esto es One Punch Man.



El anime One Punch Man es una adaptación del manga de mismo nombre creado por el mangaka One. El manga dibujado por el propio One era en un principio un webcómic, pero ante el desproporcionado éxito que obtuvo en poco tiempo se contrató a Yusuke Murata, con un estilo de dibujo mucho más atractivo, agresivo y menos raro, y se lanzó una versión en papel. De ahí a que se convirtiera en un anime producido por MadHouse era cuestión de tiempo.



La verdad es que cuando empecé la serie me asaltó una reflexión: si en cada capítulo Saitama despacha al enemigo de turno de un solo puñetazo, esto va a acabar aburriendo a partir del capítulo tres. Nada más lejos de la realidad, pues en cada capítulo el asunto mejora. La aparición de nuevos personajes es una de las razones. Como por ejemplo Genos, un ciborg que busca venganza y al toparse con Saitama decide que él sea su sensei. Aunque a éste el asunto no le haga ninguna gracia. Pero no sólo de personajes aliados vive esta serie, sino también de enemigos, algunos de aspecto excéntrico, otros con maquiavélicas intenciones, la mayoría con una colección de músculos en su cuerpo de magnitud insana. Adivinad qué… (y aunque esto parezca un spoiler no lo es, volved a leer el título de la serie y saldréis de dudas) todos la palmarán de un único puñetazo. Saitama siempre llegará para salvar el día. Ahí radica una de las virtudes de la serie, aun sabiendo que Saitama salvará la situación no te levantarás del sofá, porque la cuestión no es el cómo, sino el cuándo. A todo el conjunto hay que añadirle esas situaciones hilarantes. Tales como ese momento en que Saitama debe sacarse, como si del carnet de conducir se tratara, el permiso de superhéroe. O ese momento en el que explica su peculiar entrenamiento y cómo se quedó calvo. Y es que en One Punch Man existe un equilibrio perfecto entre acción y humor que consigue que pases de la tensión a la carcajada en un cambio de plano.




One Punch Man es una parodia, pero a la vez una oda, de todas esas series sobre superhéroes que a medida que avanza la historia cada vez se vuelven más fuertes. Un dibujo repleto de colorido y abarrotado de luz (me encanta esa imagen del apartamento de Saitama, del cual emana calidez, que aparece en los créditos de la serie) y unas melodías pegadizas redondean una historia repleta de humor. ¡No os la podéis perder!


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