VAE VICTUS narra cuatro nuevas aventuras del ingeniero Martí Zuviría.
El libro comienza el 12 de septiembre de 1714, el día siguiente de la caída de Barcelona y poco antes de que Zuviría huya a Norteamérica, donde ayudará a los indios yamas en la guerra contra los colonos ingleses. Después de la aventura americana, volveremos a Cataluña, pero también iremos a Londres, Alemania e incluso a Nueva Zelanda. Nos reencontraremos con personajes históricos que ya conocimos en VICTUS, como el ambiguo duque de Berwick, su acérrimo enemigo Verboom o el admirado general Villarroel, al mismo tiempo que descubriremos a algunos nuevos, como el famoso guerrillero antiborbónico Pere Joan Barceló –alias Carrasclet– o el explorador inglés James Cook.
Vuelve Martí Zuviría, y justo en el momento en el que lo dejamos en aquel excelso final de Victus. Vuelve a deleitarnos con su humor ácido y gamberro dando la lata a su pobre y alemana amanuense Waltraud. Esta vez la continuación de su historia va dando saltos en el tiempo través de cuatro relatos que nos transportaran a los momentos claves del bueno y pícaro ingeniero Zuviría.
El primer viaje de Zuviría nos transporta a la joven nación americana, en concreto a Carolina del Sur. Allí ayudará, a su pesar, a los indios yamas a defender su territorio de los colonos europeos. De aquí Zuviría volverá a Europa para realizar una impensable unión con Berwick con el único motivo de tener por fin su venganza contra Francia. Las correrías de un Martí mucho más adulto continúan en Viena donde servirá como agente secreto a Federico II de Prusia y será enviado de nuevo a Barcelona. Un Zuviría ya en la tercera edad y de nuevo contra su voluntad se embarca en la expedición que haría famoso al capitán Cook.
Federico II de Prusia y esa mirada tan... suya |
Que Vae Victus no está a la altura de su antecesora es un hecho, a pesar de volver a correr aventuras junto a uno de los protagonistas más carismáticos de la literatura española. La prosa es tan directa, amena y cercana como en Victus, igual de potente, te desarma en más de una ocasión dejándote con el alma algo retorcida y con los sentimientos a flor de piel. Saltar de una historia a otra, aunque sean de forma conexa pero habiendo varios años entre ellas sesga de golpe la evolución del personaje que se desgranaba con cierta pausa en Victus. Por otro lado el autor se explaya en ocasiones en diatribas sobre política europea de la época, guerras y pensamientos varios del protagonista, un poco para poner en contexto está bien, como ocurría en la primera novela, mucho llega a cargar un poco.
Aún así Vae Victus engancha, desde casi el principio. Reencontrarse con personajes ya conocidos, villanos incluidos, alegra de la misma manera que cuando te reúnes en una fiesta con amigos que no veías desde hacía mucho tiempo; amigos de verdad no de los de Facebook.
Capitán Cook observando el tránsito de Venus |
El final de la novela acaba de forma violenta, sin previo aviso, de sopetón, dejándolo todo demasiado abierto y mostrando una manera poco sutil de decirnos que seguramente Zuviría volverá de nuevo. ¿Tal vez en la guerra de independencia americana?
Vae Victus se queda lejos, en todo, de Victus, pero es una novela notable que deberías leer sólo para saber al menos como Martí mató a Verboom.
Me has ganado definitivamente con la última frase! Jejeje! La leeré con menos expectativas así seguro que me gusta.
ResponderEliminarSaludos!