Por si no te
habías dado cuenta, por si vives recluido en una cueva, o simplemente porque
eres un monumental despistado, los 80 han vuelto para quedarse. Cardados
imposibles, hombreras, zapatillas desgastadas, camisetas horteras, videojuegos
retro, bicicletas BH o bmx, etcétera. Y
esto, la vuelta de la era más prolífica de todos los tiempos (o eso decimos
todos los que la vivimos), no solo lo sabemos tú y yo, si no que la industria
del cine, la literatura o los videjuegos también se ha dado cuenta. Libros como
Yo fui a EGB no dejan de venderse como churros y ya van por la tercera entrega.
En el cine J.J. Abrams y Steven Spielberg, con mayor o menor acierto, nos trajeron
Super 8; eso sin tener en cuenta la
infinidad de remakes y reboots que se están haciendo pertenecientes a esa época.
Y luego las marcas que dominan el cotarro en el sector del videojuego, que no
querían quedarse atrás, ya han recuperado muchos clásicos de las 8bits y
algunas compañías ya están barajando sacar al mercado consolas de ese periodo.
Así pues, faltaba la televisión. Esa
televisión que está viviendo la edad dorada de las series.
Stranger Things es
la serie del momento, del verano y me arriesgo a decir que del año. Una sorpresa
que, precedida por un tráiler corto que ya dejaba con los dientes largos, era difícil
de prever.
Stranger
Things es una oda al cine de los años 80 creada por los hermanos Duffer para
Netflix. Un bello y funcional pastiche de todo aquel cine que triunfó por
aquel entonces. Tras visionarla me han venido a la mente grandes títulos como:
E.T., Alien, Encuentros en la tercera fase, Poltergeist, Pesadilla en Elm Street, Tiburón, Los Goonies o
Silent Hill. Vale, este último título pertenece más al mundo de los videojuegos
y no es de los años 80, pero no podía dejar de pensar en el pueblecito corrompido
y oxidado de Silent Hill y las semejanzas con el, en un principio, tranquilo
pueblo de Hawkins y las cosas de difícil explicación que ocurren en su
comunidad.
Stranger
Things no descuida nada, y además de tener unos grandes actores, con Winona
Ryder o Matthew Modine como las caras más conocidas, nos ofrece una brillante
banda sonora repleta de sintetizadores que de un buen empellón te devuelven a
los 80.
Ahora os
debéis estar pregunta que de qué va Stranger Things, y la verdad es que es
mejor visionarla sin saber nada de ella, sin tener prejuicios, ni si quiera por el tráiler (que sí encontrareis más abajo). Pero aun así, y como me veo en la obligación, haré una escueta sinopsis:
Hawkins es el lugar en el que transcurre toda la acción. Una noche de 1983, y tras una
partida al juego de rol Dragones y Mazmorras, unos muchachos se despiden para, cada uno, y pedaleando sobre
sus bicicletas, volver a casa. Uno de ellos esa noche desaparecerá sin dejar
ningún rastro. Al poco quien aparece es una niña con unas habilidades muy
peculiares y que solo responde al nombre de Once. A partir de aquí todo se
desmadra y asistiréis a una aventura que al principio parece enfocada a un público
juvenil, pero a medida que avanza, se va destapando la trama y la serie se hace más oscura, deja bien
claro que es una serie adulta, que aúna aventuras, ciencia ficción, fantasía y
terror, que no debes perderte.
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