A pesar de un sábado
lluvioso y una tarde de domingo también pasada por agua, El 35 Salón del Cómic de Barcelona ha vuelto a demostrar, con sus
118.000 visitantes, que está en mejor forma que nunca. Y lo está porque las
cosas cada vez se hacen mejor; si bien es cierto que para entrar, sobre todo a
primera hora del sábado (uno de los días con más asistencia de público de los
cuatro que duró el salón), los visitantes nuevamente se encontraron con largas
colas que demoraron su acceso al recinto algo más de media hora. Una cuestión
de difícil arreglo mientras sólo se utilice una única entrada.
Los camiones de bomberos también tenían su lugar en la expo |
De ahí continúe recto, al
denominado Palau 2.1, que no es más que el segundo piso del Palau 2. En este
recinto los protagonistas eran los videojuegos. Los gamers, ávidos de
novedades, se agolpaban sobre todo para poder disfrutar de la nueva máquina de
Nintendo: la Nintendo Switch; con The legend of Zelda: Breath of the Wild
como el juego estrella.
La exposición estrella, y con una afluencia de
público tal que era hasta complicado poder disfrutar de todas las caricaturas,
era aquella en la que Donald Trump era el protagonista. Este señor, y el gato
muerto que reposa sobre su cabeza, ciertamente atrajeron muchas miradas y
provocó un sinfín de sonrisas. En este lugar, podría decirse que en su centro,
también había un pequeño expositor, un túnel de viento, en el que se explicaba
por qué vuelan los aviones. Si fuiste al salón del cómic y todavía no sabes por
qué vuela un avión, tu visita resultó poco fructífera.
Palacio 3.1: la novedad de
este salón que era un nexo de unión entre el palacio 2.1 y el 4. Esto ya
parecen versiones de Windows. Un lugar denominado Espacio de creación libre y
descanso pero que estaba demasiado vacío, carente de interés y aburrido (¿tal
vez un poco de música o una exposición?) y el cual, una vez llegó la hora de
comer, demostró que las mesas que allí habían eran insuficientes.
El Palacio 4: la mejor
decisión de Ficomic, sin duda. No son pocas las veces que me he quejado de que
en El Salón del Cómic de Barcelona, o el del manga, una exposición no se podía
disfrutar adecuadamente al estar demasiado cerca de las tiendas que venden
cómics y de todos aquellos clientes que se apelotonaban en el stand pertinente
y bloqueaban la expo. El Palacio 4 estaba prácticamente dedicado a las
exposiciones (mientras que el 1 estaban los stands de venta). Una delicia poder
disfrutar de las 13 exposiciones tranquilamente y sin ningún tipo de molestias.
De hecho, la mitad del día lo dediqué a la tranquila contemplación de lo allí
mostrado. Desde Superhéroes fuera de control
(en la que se mostraba todos esos héroes que se saltan la ley a la torera)
hasta Lucky Luke (el vaquero más rápido que su sombra). Desde la expo de los 100 años de TBO a la que homenajeaba al
gran Will Eisner. El trabajo de Milton Canniff (creador de Terry y los piratas)
también tenía su propio expo al igual que Antonio Gaudí. Y así, y como he dicho
anteriormente, hasta llegar a las 13 exposiciones. Sin olvidar, por supuesto, ese
stand en el que Kim Jung Gi realizaba un dibujo titánico en directo, el taller
de cómics o las clases magistrales.
Promociones de las películas Wonder Woman y Alien Covenant. |
Este 35 Salón Internacional del Cómic de Barcelona es uno de los que
mejor sabor de boca me ha dejado. ¿Hay cosas que mejorar? Sí, claro, siempre
hay cantos que se pueden pulir, pero sin duda este año esos cantos apenas han
molestado. Ahora, y como cada años, ya preparándome para el próximo Salón del
Manga de Barcelona. ¡Venga va, que ya queda menos!
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