lunes, 30 de enero de 2012

Crítica de cine: The Artist

George Valentin, galán y actor de cine mudo, copa revistas y periódicos de Hollywood. Y su nombre está en boca de todos. Es sin duda el hombre del momento. Y el momento es el 1927. El cine mudo está en su punto álgido y, George Valentin acompañado de su inseparable amigo can, un pequeño Jack Russell, dominan el arte de hacer reír, llorar y emocionar al público sin decir ni una palabra.
Un día, tras estrenar su última película, tiene un encontronazo con una bella fan. Este simple hecho, el crak de la bolsa del 1929 y la recién entrada tecnología del sonido en las películas hará que su vida empiece a desmoronarse sin que el puede hacer nada al respecto.

Un día, un director con un apellido complicado de pronunciar (Michel Hazanavicius) se empecina en rodar una película en blanco y negro y muda en plena época de los efectos digitales más llamativos y del  3D. Su osadía llamó la atención de unos productores que probablemente ni siquiera estaban del todo seguros de que narices estaban haciendo invirtiendo en algo obsoleto.Y entonces estalló la bomba: The Artist se convierte en La Película del año coleccionando premios, nominaciones y buenas criticas.

No puedo estar más de acuerdo con ellos. Empezando por el cuidado aspecto del film que, en un blanco y negro de época, nos envía de viaje a un Hollywood de final de los años 30. Siguiendo por una banda sonora que conecta con el film a la perfección, imbuyendolo de más intensidad, tanto a las escenas cómicas como a las melodramáticas. Y terminando por una historia repleta de amor y humor que utilizando a unos actores que sobreactuan gesticulando más de la cuenta (imitando a los actores de films mudos) y que realizan un notable trabajo, conseguirán empatizar con el más frío de los espectadores. 
Y es que George Valentin, interpretado por el frances Jean Dujardin, es un tipo que, con un fino bigote y vestido como el más grande de los galanes, en algunos momentos resultará simpático, carismático y amable pero en otros vanidoso, prepotente y hasta odioso. Y si hablamos de Peppy Miller, interpretada por la también actriz francesa Bérénice Bejo, nos encontraremos con una belleza sacada de los años 30 (con peca postiza incluida) que enamorara a los espectadores masculinos con una caída de ojos, con un rápido pestañeo o con esa falsa apariencia de muchacha inocente.

Pero a todo esto hay que añadirle a Uggie, el pequeño Jack Russell que acompaña en todo momento al protagonista (robándole más de un plano) y que "interpreta" su papel con tal maestría que en la escena de "la pistola" pondrá los pelos de punta al más valiente (la mejor escena de la película para un servidor). Al igual que en su momento Rintintin o Lassie, este pequeño can se ha convertido en un ídolo de masas, seguido por miles en twitter o facebook. Y ha conseguido estar nominado a dos Golden Collar (los Oscars para animales)


Quizá The Artist  haya funcionado porque el contexto general de su historia se pueda extrapolar a nuestra vida diaria. A ese mundo que económicamente se desmorona, provocando después un hundimiento anímico. Pero The Artist,  mediante el más profundo y tierno de los amores y la más bella historia envuelta por un halo de cuento de hadas, nos otorga esa esperanza perdida.


2 comentarios:

  1. Me encanta! Tanto tu reseña, que es muy buena, como la peli, que me gustó mucho. Sin duda una joyita que destaca por atreverse con algo totalmente diferente y, además, bien hecho.

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  2. Le tengo muchísimas ganas, es la película de este año de los Oscars que más me apetece ver.

    Un beso!

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