En su dormitorio del desván, David, un niño de doce años, llora la muerte de su madre. Está enfadado y solo, con la única compañía de los libros de sus estantes. Pero los libros han empezado a susurrarle en la oscuridad, y, mientras se refugia en los mitos y los cuentos que su madre tanto amaba, descubre que el mundo real y el mundo imaginario han empezado a mezclarse. Mientras la guerra se extiende por Europa, David aterriza de golpe en una tierra que es producto de su imaginación,pero aterradoramente real...
David ha tenido que enfrentarse a la perdida de su madre y a la nueva vida de su padre en un lapso de tiempo demasiado corto. Ahora encima la guerra ha estallado y cada vez se halla más cerca de su ciudad. El único refugio que encuentra es en los libros y en esas pesadillas y sueños que poco a poco se irán haciendo más reales.
John Connolly es un autor que tiene a sus seguidores acostumbrado a la novela negra con algún que otro toque (en contadas ocasiones) difuso de hecho paranormal. Pero está vez ha creado algo totalmente diferente ya que El libro de las cosas perdidas es un cuento típico. Un cuento a la vieja usanza, como los de los hermanos Grimm. Pero nada de la versión endulzada que poco a poco ha ido llegando a los cines. Si no esas versiones originales de dichos cuentos en el que la crueldad, lo oscuro y lo macabro campaban a sus anchas
En El libro de las cosas perdidas asistiremos a la madurez del protagonista a través de un cuento que a su vez esta repleto de otros cuentos en un mundo de fantasía en el que los leñadores son héroes los lobos pueden caminar a dos patas y los caballeros tienen libertad de elegir entre casarse con un príncipe o una princesa. Por esto último, y por algunos que otros detalles más, y sobretodo por el tono oscuro y en ocasiones lóbrego, El libro de las cosas perdidas es una novela mucho más cercana a los adulto que a los niños.
La historia, los personajes, todo cuadra con el entorno fantástico que John Connolly se ha sacado de la chistera. Además gracias a su narración (y a un diseño de portada que irradia magia) toma ese cariz de cuento clásico de toda la vida que los padres cuentan a sus hijos mientras ellos empiezan a quedarse dormidos. La única pega es que después de un inicio tan prometedor y una trama tan bien encauzada, el final es demasiado precipitado, casi no da tiempo a digerirlo y después de tanta fantasía y tanto cuento adaptado resulta algo simple. Correcto, pero simple.
John Connolly |
Tras el cuento de Connolly hay lo que podría denominarse: los extras de la novela. Entrevista al autor, de donde salió la idea, en que cuentos se basó y, quizás lo mejor de estos extras, los cuentos originales.
El libro de las cosas perdidas es un cuento curioso, imaginativo, fresco a la vez que respetuoso con los clásicos de ese tipo de literatura, y aunque el final resulta un poco decepcionante vale la pena sumergirse en ese mundo de fantasía.
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