John Paul Rocksavage es un buen policía. Uno de esos que recorre de forma incansable las calles de Liverpool para hacer valer la ley. John Paul cree firmemente en la ley. Hasta que un día él y su compañero reciben una llamada desde la central de policía. Lo que en un primer momento parece ser sólo un asunto doméstico se transforma en una encerrona. Una trampa por parte de una banda de matones para poder dar una paliza a un policía. El compañero y amigo de John Paul recibe golpes por todas partes mientras él, atrapado, es incapaz de hacer nada por ayudarle. Lo peor de todo aún no está por llegar ya que, por esas brechas que existen en las leyes, parece que los vándalos podrán irse de rositas. John Paul es un buen poli, pero ahora está totalmente decidido a hacer justicia por su cuenta.
Good Cop, por su sinopsis, podría resultar la típica serie de venganza sangrienta con muchos tiroteos y un sinfín de escenas de acción. Si buscáis eso, probablemente os aburráis con esta serie.
Good Cop es simple pero directa, en ella se nos muestra el día a día de un policía. La frustración que soportan cada vez que fracasan en su cometido o cuando un culpable entra por una puerta y sale por otra por culpa de esas lagunas legislativas.
La intro, sencilla y con imágenes aparentemente banales, ya transmite ese ambiente de sordidez en el que más de una vez se verán envueltos los policía.
En el papel de policía vengativo encontramos a Warren Brown, actor al que ya pudimos ver en Inside Men y Luther. Una vez más el actor demuestra que sabe hacer bien su trabajo, cambiando de registro e interpretando a un policía que poco a poco perderá toda su humanidad y la cordura. Michael Angelis en el papel del padre enfermo del protagonista, es el otro actor que sobresale por encima del elenco con una tierna y entrañable interpretación. Mediante este personaje la serie enlaza libros con los que está acaeciendo en el capítulo de forma magistral.
Olvidaos de las películas y series americanas sobre estos temas. Normalmente en esas series si algo puede acabar bien, acabará bien. En Good Cop esto no es así ya que, aún mostrando lo cotidiano del trabajo policial el guión llega a dar verdaderos e inesperados giros que no hacen más que crear ese halo de realidad y credibilidad que la envuelve.
Lo mejor de Good Cop también puede ser lo peor para los que estáis acostumbrados a series con finales en el que todo queda cerrado y bien atado. En esta producción de BBC One el final es abierto. En los cuatro capítulos que la componen sólo se nos muestra un corto periodo de la vida del personaje. Es como si cogierais un libro por la mitad y empezarais a leer y lo abandonarais antes del llegar al final. De esta forma, en final sobre el destino de John Paul se vuelve ambiguo, dejando el resto a la imaginación y a la moral de cada telespectador.
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