Pigmeo forma parte de un grupo de terroristas adolescentes enviados a Estados Unidos para cometer un atentado masivo. Camuflado como estudiante de intercambio, el agente 67 deberá convivir con la típica familia americana mientras planifica el ataque. Para conseguir su objetivo cuenta con unos conocimientos avanzados de química y el dominio de las artes marciales. Está entrenado para detonar un artefacto mortífero en el momento preciso, si consigue, eso sí, controlar sus inoportunas erecciones.
El agente 67, más tarde bautizado con el mote de Pigmeo por sus amigos y familiares de acogida, es un muchacho extranjero que junto a otros compañeros de su país llega a Estados Unidos infiltrado como estudiante, pero con el propósito de perpetrar un terrible atentado. El problema es que poco a poco se va encariñando con los ciudadanos que le rodean y con su extraña forma de hacer las cosas, y eso no hace más que crearle tantas dudas como problemas con sus compañeros terroristas.
Chuck Palahniuk vuelve a la carga con un libro tan extremadamente raro como repleto de sátira. El autor se sigue riendo y criticando, a su manera, el consumismo desmesurado, la religión y sobretodo el racismo. Y para ello se ayuda de un curioso y carismático personaje, un adolescente que podría venir de cualquier país con un régimen totalitario con un dictador al mando. En el libro es Pigmeo quien relata su historia mediante informes, con un dominio escaso del idioma sus frases cortas vienen cargadas de errores gramaticales y de un puñado de adjetivos calificativos que en más de una ocasión provocan la carcajada. Los momentos de humor negro se mezclan con otros de acción, en los que el protagonista utiliza artes marciales, o con las típicas escenas de las que tanto gusta al autor describir con extrema meticulosidad. Escenas estas últimas repletas de todo tipo de fluidos, violencia o sexo. A través de esos informes el autor también nos hace revivir la dura infancia del protagonista y los contrastes culturales, los cuales les llevarán a él y a sus compañeros a meterse en más de una situación tan extraña como embarazosa.
En general Pigmeo es un libro entretenido, con los típicos tics que el autor de forma consciente o inconsciente deja en la narración, que se deja leer y que nos explica una bizarra historia de amor y redención de un terrorista adolescente.
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