La segunda aparición de Sherlock Holmes en las prensas ocurrió poco después de que el doctor Watson hubiera publicado «un pequeño folleto, con el título algo fantástico de Estudio en escarlata», que por cierto no mereció los elogios del detective. Y, aunque el contumaz narrador empleara en El signo de los cuatro la misma reprobada técnica que en la primera, gracias a «la prueba del reloj» supimos que el doctor Watson tuvo un hermano, pudimos gozar una vez más del envidiable ingenio de Holmes, y atisbamos algunas de las complejas características de su cerebro. La acción de esta novela gira en torno a los avatares de un fabuloso tesoro en la India colonial, afirmándose en sus páginas los que habrían de ser ya en adelante los sugerentes y pintorescos rasgos de la personalidad del brillante investigador.
Una mujer contrata a Sherlock Holmes y a su compañero el Doctor Watson para que hagan un poco de luz sobre un asunto un tanto extraño: cada cierto tiempo esa mujer recibe una cuenta de un collar. Holmes y su compañero descubrirán que el caso es mucho más grave cuando, tras hacer unas pocas pesquisas, hallen un cadáver ubicado en una habitación cerrada desde dentro y, junto a él, una nota de extrañas características.
El Signo de los cuatro es la segunda novela en la que aparece el famoso asesor detective Sherlock Holmes y su amigo y compañero Watson. Desde un principio asistiremos a la excéntrica forma de ser del protagonista que aquí, mucho más que en Estudio en escarlata, dejan de ser esbozos para crear una personalidad mucho más solida (las primeras páginas dan fe de ello). Así pues, asistiremos a la malsana adicción que tiene Holmes de inyectarse cocaína cuando no tiene ningún caso que resolver o, mediante la curiosa prueba del reloj Holmes demostrara a Watson que la ciencia de la deducción existe. Además, descubriremos quienes son los Irregulares de Baker Street o qué papel importante tendrá la mujer que les ha contratado en la vida de Watson. Por lo demás, El signo de los cuatro guarda cierto( por no decir mucho) parecido estructural con Estudio en escarlata (y con todos los relatos con el detective de protagonista, bien mirado): Primero se presenta un caso extraño y complicado de resolver, Holmes realiza investigaciones además de otras extrañas acciones que Watson narra pero no es capaz de comprender y finalmente, en una especie de segunda parte (que en algún tramo se hace un pelín pesada pero no entorpece), se narra la historia en retrospectiva hasta alcanzar los hechos presentes.
El signo de los cuatro es, probablemente, junto a El sabueso de los Baskerville el libro más conocido sobre Sherlock Holmes pero, a mí humilde parecer, mucho más entretenido, divertido y lleno de acción que éste segundo.
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